Diario de Yucatán-AEE
MÉRIDA, Yucatán.- En nuevo testimonio del tráfico de influencias y la corrupción judicial que caracterizan al caso Medina Abraham dentro y fuera de Yucatán, un perito en química de la Procuraduría del Estado de México fue destituido por desobedecer la orden de rendir un dictamen falso, en perjuicio de Armando Medina Millet, en las diligencias que se efectuaron el 11 y 12 de noviembre en Mérida ante la jueza Leticia Cobá Magaña. El químico, Adrián Waldo Capetillo, informa que desobedeció las instrucciones de sus superiores a pesar de las presiones, el hostigamiento y las ofertas de dinero para que rindiera un dictamen “contrario” a la realidad. Veterano de ocho años de servicio en la Procuraduría mexiquense, Waldo Capetillo es uno de los peritos que participaron en la inspección ocular de evidencias del caso Medina Abraham que la jueza Cobá Magaña trató de impedir durante cuatro meses con argumentos que la Procuraduría yucateca calificó de irrazonables e legales. La inspección fue solicitada a la jueza en la investigación de las denuncias interpuestas por Medina Millet en 2000 y 2001 ante el Ministerio Público sobre irregularidades cometidas en la averiguación judicial de la muerte de su esposa Flora Ileana Abraham Mafud. Una de tales irregularidades es que no tiene ningún valor científico ni jurídico, porque está mal hecha, la prueba de Walker que determinó en 1996 que el disparo que privó de la vida a la joven Abraham Mafud se hizo a una distancia -más de 65 cm- que hace imposible el suicidio. Las declaraciones de Waldo Capetillo, en una entrevista que se efectuó en la ciudad de México, y el dictamen que motivó su cese tienen el siguiente impacto:
UNO.- Son nuevo testimonio de que es inválida e ilegal la prueba de Walker en que la jueza Cobá Magaña se basó para condenar a Medina Millet como responsable de un homicidio.
DOS.- Constituyen nueva evidencia de que funcionarios y peritos de la Procuraduría General de la República están dolosamente involucrados en la fabricación de pruebas falsas utilizadas para acusar a Medina Millet. Como se ha señalado dos intervenciones decisivas de los peritos de la PGR, a favor de la impugnada prueba de Walker, permitieron a la jueza Cobá dictar su sentencia condenatoria. -Lamentablemente -comentó Waldo Capetillo- estaban asesorados por gente que tiene dolo, que sabe perfectamente que las pruebas están mal y las sostienen como buenas... No tienen conciencia del daño que causan cuando dictaminan con falsedad o con argumentos falaces tratan de retorcer los hechos.
TRES.- Se añaden a la serie de amenazas, tentativas de cohecho y represalias que han sufrido peritos solicitados o contratados por la defensa de Medina Millet, como es el caso del Dr. Eduardo de la Cerda González, quien fue destituido del cargo que desempeñaba en la Procuraduría de Aguascalientes cuando el PRI gobernaba ese estado.
CUATRO.- Colocan en comprometida situación al procurador general de Justicia del Estado de México, abogado Jesús Alfonso Navarrete Prida, no sólo porque es él quien firma el lunes 30 de diciembre la destitución de Waldo Capetillo, en revelador documento, sino también porque en su puesto anterior, como subprocurador de Procesos Penales de la República, trabajó varios años con el jefe de peritos de la PGR, Eduardo González Mata, destituido después de ser acusado de corrupción en el desempeño de su cargo. Entre los cargos a González Mata está la venta de dictámenes falsos para favorecer a narcotraficantes y otros delincuentes, así como en sonados asuntos como en los procesos a los ex banqueros Jorge Lankenau Rocha y Ángel Isidoro Rodríguez (a) “El Divino”. González Nava fue quien designó a los peritos que en dos ocasiones, según sostiene la defensa, rindieron dictámenes falsos para incriminar a Medina Millet. El licenciado Navarrete Prida destituyó Waldo Capetillo debido “al acontecimiento de la desobediencia en que incurrió”. En esta misma nota proporcionaremos la descripción que nos hace de ese “acontecimiento de desobediencia”, en que un alto funcionario de la Procuraduría mexiquense, furioso, fuera de sí, le dio órdenes de modificar su dictamen sobre el caso Medina Abraham.
CINCO.- Ponen en entredicho la seriedad de las intenciones de la Procuraduría General de la República y su titular, general Rafael Macedo de la Fuente, de investigar las denuncias de delitos cometidos por sus funcionarios y agentes para impedir la impartición de justicia. No se tiene noticia del curso que han seguido, después de la destitución, las acusaciones contra González Mata. Tampoco se sabe que el procurador Macedo haya iniciado siquiera una investigación de las documentadas, publicadas intervenciones delictuosas que se atribuyen a los peritos de la PGR en el caso Medina Abraham.
SEIS.- Por último, las declaraciones de Waldo Capetillo acrecientan las incógnitas y sospechas sobre la ubicación, el poder, la influencia, las tácticas y los objetivos de las fuerza políticas, económicas, religiosas y de otra índole, tanto locales como nacionales, que se mueven en el fondo del caso Medina Abraham y pueden afectar la administración de justicia y el respeto a los derechos humanos en estado y el país con conflictos como el que existe hoy entre los Poderes Ejecutivo y Judicial de Yucatán. Como es del dominio público, las campañas contra el gobernador yucateco Patricio Patrón Laviada en la prensa, la radio y la televisión de las ciudades de México y Mérida, así como los intentos de crear inestabilidad política en el estado, han sido atribuidos a una estrategia para impedir la investigación judicial de las denuncias de Medina Millet. Basado en su experiencia personal, Waldo Capetillo tiene dos calificativos para el caso Medina Abraham : “ muy sencillo”, porque no hay duda de que la prueba que examinó es falsa, pero al mismo tiempo “muy pesado” -lo dice con asombro-, porque nunca se imaginó que “el brazo” de los acusadores de Medina Millet llegara hasta el Esta do de México. El gobernador de esa entidad es el priista Arturo Montiel.
Un caso muy pesado
Oriundo de San Luis Potosí y radicado desde joven en el Distrito Federal, Adrián Waldo Capetillo, de 39 años de edad, informa que durante los ocho años que ha trabajado en la Procuraduría del Estado de México ha elaborado miles de peritajes de diversas índoles, pero... -¡Nunca, escúchelo usted bien, NUNCA se me dijo, en NINGÚN caso, que cambiara u omitiera alguna prueba -asegura Adrián. -Todo el tiempo respetaron mis dictámenes -añade-, pero en el caso Medina Millet por primera vez las cosas fueron distintas. -Yo acepté participar en el caso Medina Abraham -prosigue el perito- porque para mí era un reto, después que me enteré de la forma en que se manejó la prueba de distancia (la Walker). -Lo vi como un asunto interesante. Para la química la verdad es única, algo muy sencillo, y por eso acepté dictaminar si la prueba de Walker que sirvió para condenar era buena o no. -El caso, pericialmente, es muy sencillo, ya que científicamente se demuestra que la prueba de distancia en que se basó la prueba condenatoria no es válida...Pero el caso Medina Abraham está “políticamente muy pesado”, se movieron “desde ahí” los brazos y me cesaron. -Mi despido es una represalia por haber participado en el caso Medina y no haber cedido a las presiones y ofertas.
Tentativa de cohecho
Waldo Capetillo rindió su dictamen sobre la prueba de Walker dentro del plazo de 15 días hábiles corridos a partir de las inspecciones practicadas el 11 y 12 de noviembre, en presencia de la jueza Cobá, y lo ratificó en visita que hizo a Mérida el siete de diciembre. Se supone que la Procuraduría yucateca ha recibido ya, desde hace mes y medio por lo menos, los dictámenes de todos los peritos que participaron en las diligencias de noviembre, pero hasta ahora no ha proporcionado ninguna información sobre el particular. Una muestra de la lentitud -más de dos años- con que se ha procedido en la investigación de las denuncias de Medina Millet. En la entrevista con un reportero de Diario de Yucatán, se refirió en forma concreta a las tentativas de sobornarlo para que rindiera un dictamen falso sobre la prueba de Walker en se basó la sentencia condenatoria de la jueza Cobá. -Me indicaron que por dinero no me preocupara. Incluso me dijeron que me “triplicaban” lo que me habían ofrecido (la defensa de Medina Millet) por mis servicios como perito particular. -Pericialmente hablando, esa prueba está mal trabajada, mal realizada. Las deficiencias fueron por falta de experiencia. Así lo reflejo en mi dictamen. -Su dictamen -preguntó el reportero- ¿beneficia a Armando Medina Millet? -No beneficia a Armando Medina, sino a la verdad. La prueba estuvo mal hecha y se utilizó para incriminar al detenido. La verdad es única.
La desobediencia
Veremos ahora cómo describe Waldo Capetillo el “acontecimiento de desobediencia” que originó su destitución. Después de varios días de hostigamiento y tentativas de cohecho, en llamadas telefónicas desde la Procuraduría mexiquense, “altos funcionarios” lo invitaron el 23 de diciembre a una plática en un edificio público de Tlalnepantla “en el que entraban, salían y giraban instrucciones”. -Los altos funcionarios -relata el perito- me dijeron: “Sabemos de este caso” y me dijeron “el sentido” en que debía rendir mi dictamen. -Yo les refuté sus argumentos, “porque ellos no son químicos”, pero ellos insistieron, casi a gritos. -Después de alegatos y discusiones, el funcionario de mayor nivel se mostró “muy molesto” por mis opiniones. La plática terminó cuando les dije que mi dictamen ya estaba terminado e incluso ratificado y, por tanto firme. El funcionario de mayor nivel estaba furioso, insistió en que me desistiera. Casi daba gritos. Estaba fuera de sí. “A ver qué va a pasar”, me dijo al despedirse.
El dinero
El caso Medina Abraham está cruzado por referencias a la influencia del dinero. Recordaremos algunas: -El poder del dinero ha sido decisivo -opinó el comandante José Enrique Medina Gamboa, jefe de la Sección de Homicidios de la Procuraduría yucateca. —Hay mucho poder... Se buscó que este señor (Medina Millet) sea declarado culpable... Estamos hablando de un poder que nosotros conocemos como el rico, el poder que lleva el apellido Abraham -dijo Socorro Valencia Arana, perita de la Procuraduría yucateca, en mayo de 1996, en declaraciones a la Comisión Nacional de Derechos Humanos. -Se deben “a los billetes de 500 pesos” -explicó el químico Fernando Ríos Covián al referirse, en una entrevista, a la “dolosa” intervención de los peritos de la Procuraduría General de la República en el caso Medina Abraham.
Otros testimonios
El químico yucateco Fernando Ríos Covián, autor de la prueba de Walker, ha confesado que por falta de conocimientos y experiencia no realizó esta prueba en forma correcta, que es inválida y que no sirve para medir la distancia del disparo. Ríos Covián reconoció la invalidez de su prueba en una comparecencia ante el Ministerio Público durante la actual investigación de las denuncias de Medina Millet. La defensa de Armando Medina presentó durante el juicio pruebas científicas que determinan que la herida en el cuerpo de la joven Abraham fue de contacto y corresponden, por ende, a una muerte por suicidio, pero la jueza no las tomó cuenta en su sentencia. El doctor Gonzalo Rosel Gómez, jefe del departamento de Terapia Intensiva de la Clínica de Mérida y primer médico que atendió a Flora Ileana Abraham, ha proporcionado, también ante el Ministerio Público, una descripción de la herida de la joven que coincide con las características de una herida por contacto o a quemarropa, como las que corresponden a un suicidio.