LONDRES, (Reuters).- La infertilidad podría ser cosa del pasado cuando los científicos mejoren las técnicas y aprendan cómo se programan las células madre para convertirse en óvulos y espermatozoides, dijo un experto.
Teniendo como marco los festejos del 25 aniversario de Louise Brown, primer bebé "de probeta" del mundo, Alan Trounson predijo que en el futuro la infertilidad podría dejar de ser el problema que es hoy.
"Tengo la certeza de que a largo plazo podremos ayudar a todo el mundo", comentó en conferencia de prensa.
Casi tres de cada cuatro parejas que enfrentan problemas de esterilidad se pueden beneficiar de los tratamientos actuales. La inyección intracitoplásmica de esperma (ICSI, por sus siglas en inglés), en la que se inyecta un solo espermatozoide en el óvulo, ha permitido a hombres estériles tener hijos. Tanto la ICSI como la detección sistemática embrionaria y otras técnicas han mejorado las tasas de éxito en fertilización asistida.
La ayuda para los hombres que no producen espermatozoides y para las mujeres que no producen óvulos será el próximo reto, pero las células madre, que pueden crecer y convertirse en todas las células y tejidos en el cuerpo, podría ser la respuesta.
"En el futuro podremos tomar células y reconstruir el equivalente de espermatozoides y óvulos", dijo Trounson, del Instituto Monash de Reproducción y Desarrollo. "Teóricamente es posible", agregó.
Sin embargo, aunque los experimentos con animales se muestran prometedores, Trounson comentó que tal avance demorará al menos 10 años o más y se necesitará mucha más investigación básica primero.
Las células madre prometen tratar varias condiciones médicas, pero su uso es polémico porque aunque se hallan en el tejido adulto, las células madre más flexibles proceden de embriones jóvenes que quedan después del tratamiento de esterilidad llamado Fertilización in vitro (FIV).
Roger Pedersen, de la Universidad de Cambridge de Gran Bretaña, comparó las células madre a una Piedra Rosetta, que ayuda a los investigadores a descifrar los jeroglíficos.
"Nos permite comprender el lenguaje por el cual las células se comunican entre sí, comprender cómo cambiar el destino de las células en nuestro propio cuerpo y cómo obtener mejor función de (nuestras propias) células madre", dijo.
"Todo esto es un legado de 25 años de FIV porque cada embrión que se puede estudiar es un resultado del procedimiento de fertilización in vitro", dijo.