Roma, Italia.- Roberto Benigni se lanza de nuevo a la conquista de Hollywood con Pinocchio (Pinocho), elegida por Italia para competir por los Oscar y con la que intentará repetir el éxito de las tres estatuillas obtenidas en 1999 con La Vida es Bella.
“Es una noticia bellísima. Yo en esto de los concursos disfruto como un niño”, aseguró el cineasta al conocer la decisión de la Asociación de la Industria Cinematográfica italiana (Anica).
Un jurado formado por 380 miembros eligió a Pinocchio para representar al cine italiano frente a sus competidoras, L’Ora di Religione, de Marco Bellocchio, y Respiro, de Emanuele Crialese.
Con esta candidatura, Benigni intentará repetir la hazaña lograda hace tres años cuando sumó el Oscar al mejor actor y mejor banda sonora el de mejor película en lengua extranjera por La Vita es Bella.
El histriónico y popular cómico toscano acaparó entonces siete candidaturas y se convirtió en el primer extranjero en recibir el Oscar a la mejor actuación por una película en lengua distinta al inglés desde que su compatriota Sofía Loren lo ganó por La Ciociara (1960), de Vittorio de Sica.
Como el filme se estrenará el 25 de diciembre en Estados Unidos -antes del final del año-, podrá concurrir además a los premios de la Academia estadounidense en otras categorías, además de la de mejor película en lengua extranjera.
Benigni “amenazó” con volver a saltar sobre las butacas, como hizo hace tres años entre el público cuando anunciaron los premios de La Vida es Bella, en una imagen que dio la vuelta al mundo.
“Esta vez comenzaré a saltar entre los asientos del avión cuando viaje a EU”, dijo divertido.
Con cuarenta millones de dólares de presupuesto, más de 4,000 figurantes, unos decorados y vestuarios hechos de forma artesanal y los más modernos efectos especiales, Pinocchio es una de las más ambiciosas producciones de la historia del cine italiano.
A punto de cumplir cincuenta años, Benigni da vida en la cinta, con un estilo acrobático, lleno de energía y vitalidad, a la famosa marioneta de madera ideada por Carlo Collodi a fines del siglo XIX, que se convierte en niño al que le crece la nariz cuando miente.
La esposa de Benigni, Nicoletta Braschi (quien ya le acompañó en La Vida es Bella y otras cintas), da vida al “hada azul”, mientras que los ricos decorados se basan en la iconografía original de 1881 y estuvieron a cargo del veterano Danilo Donati, quien falleció el año pasado durante el rodaje.
La crítica ha acusado a Pinocchio de no ofrecer una lectura más “actual” de la fábula, aunque todos coinciden en que se trata de un trabajo “bien hecho”, barroco y colorido.
Otro motivo de polémica viene de la mano de la decisión de Benigni, conocido intelectual de izquierdas, de conceder la distribución de Pinocchio a Medusa, empresa propiedad del primer ministro italiano, el conservador Silvio Berlusconi.
Pero más allá de las críticas, la película se ha convertido ya en un gran éxito de taquilla en Italia, tras su estreno el pasado 11 de octubre.
