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El cuidado emocional como base del regreso a clases

Para los docentes queda claro que la vuelta a las aulas deberá tener un enfoque diferente para contrarrestar los efectos de la pandemia

El cuidado emocional como base del regreso a clases

El cuidado emocional como base del regreso a clases

JAVIER FERNÁNDEZ ROMERO

Nadie resultó ajeno a los estragos del encierro. Si lidiar con emociones como la frustración, el desconcierto, la tristeza y la incertidumbre ha sido complicado para los adultos, imaginemos la hecatombe que pudo crear en el universo sentimental de los niños.

Es por eso que para la mayoría de los docentes, el desarrollo de los estudiantes en materias como ciencias y matemáticas debe compartir importancia con el área afectiva-emocional del aprendizaje, es decir, el manejo y la expresión de las emociones.

Jorge Sergio Silveti Ayup se desempeña como docente en la Secundaria General del Estado Lázaro Cárdenas del Río. En esta institución educativa se ha reconocido la importancia que tiene, para los alumnos, el cuidado de sus emociones.

“Entre directivos y profesores designamos un día a la semana en donde exclusivamente nos enfocamos en la socio-emocional. Cada maestro está pendiente sobre ellos, preguntamos cómo están, cómo se han sentido, cómo va la vida en casa o en qué podemos ayudarles”.

El objetivo de este ejercicio es simple, que el alumnado sienta un genuino interés por su bienestar, por parte de la institución en la que estudian. Esto facilita el desarrollo intelectual de cada niño, pues a decir del Profesor Silveti, “lo emocional es fundamental, porque para hacer cualquier cosa debes sentirte bien emocionalmente, las ganas de hacer algo nacen cuando la persona se siente plena”.

La relación alumno-maestro: fortalecida pero complicada

La confianza de los estudiantes ha mejorado en este tiempo y con respecto a años anteriores, pues los docentes ahora se preocupa más por áreas de la vida de los estudiantes que van más allá de cómo van en la escuela. 

Uno de los inconvenientes de la evaluación ultra personalizada, pasa por la cantidad de alumnos asignados a cada profesor. “Es bastante difícil, pues como personas, los maestros también sufrimos con la pandemia. Este tema se vuelve más sensible aún para quienes vivieron momentos complicados en casa. Avanzamos lento, pero con paso firme y esperamos lograr una educación de calidad”.

La educación virtual y la despersonalización de la enseñanza

Otra de las complicaciones en tiempos de clases virtuales, es la falta de la presencia física y el contacto humano. “Si bien la relación entre el alumno y su maestro se fortalece gracias al interés personal, hacerlo vía remota no se compara en nada a tenerlos en el aula, poder saludarlos, darles una palmada en la espalda, ese contacto es importantísimo”.

“Ahorita los vemos por múltiples plataformas, pero es complicado atenderlos a todos, pues cada niño siempre tiene una necesidad distinta y si no los veo, pues la dificultad de trabajar cada caso específico se engrandece”.

Pero a pesar de las complicaciones, las aulas han reabierto sus puertas y se mantienen apoyadas por el material virtual. La buena noticia, es que en momentos donde la estabilidad emocional juega un papel importante para todos, las escuelas izan la bandera de responsabilidad para inculcar no solo conocimientos académicos, sino también el desarrollo manejo y expresión de las emociones.

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