Un matamorense que alcanzó la gloria: El “Indio” González

Como para la mayoría de los deportistas, la pasión de Efraín “Indio” González por el béisbol empezó desde niño, es otro matamorense que vivió las glorias del Rey de los Deportes.

La posición que jugaba era cátcher y, pese a tener todavía capacidad para jugar, decidió retirarse a los 36 años.

Al preguntarle qué fue lo que lo llevó a tomar la decisión de alejarse del diamante, solo atinó a decir que fue algo “curioso”… prefirió regresar a su pueblo y poner un negocio.Y es justamente en su negocio, donde ofrece artesanías al interior del Mercado Miguel Hidalgo, que accedió a otorgar la entrevista.

Ahora tiene 70 años, pero los recuerdos de su paso por la la Liga Mexicana y la Liga del Bajío siguen presentes. En su negocio, conserva fotografías y recortes de periódicos que lo “transportan” a ese momento de su vida.Efraín González Alba nació en el ejido San Felipe, del municipio de Matamoros.

Contó que desde su niñez empezó a tomarle gusto al Rey de los Deportes, pues era la disciplina que generalmente se practicaba en  los ranchos. “En la escuela, durante el recreo era “de ley” jugarlo, pues solo bastaba tener un palo y una pelota de plástico”.

Como era algo que disfrutaba, sus habilidades resaltaban. Tal vez sin que ese fuera su objetivo, incluso por esa facilidad que tenía, empezó a llamar la atención de los “jugadores grandes” y fue así que a los 15 años, le hicieron la invitación para que formara parte del equipo de la comunidad. “A los 15 años ya jugaba en el equipo grande del ejido y teníamos juegos entre otros ejidos y con los equipos de Matamoros, la liga se llamaba Anastacio Carreón y así le seguí por varios años”.

Pasó el tiempo hasta que se presentó la oportunidad de acudir a un Tryout con el equipo de los Algodoneros del Unión Laguna, y junto con el también matamorense Ricardo Robles, del ejido San Manuel, se integró al equipo.“Nos mandan a la Liga Central, que venía siendo como la sucursal del equipo grande en León Guanajuato  y la temporada empezó en Durango”.

Al cumplir los 21 años llegó la oportunidad de debutar en la  Liga Mexicana, ahora sí con el equipo grande: Los Algodoneros del Unión Laguna. Vivió 5 años con el cuadro lagunero y luego se fue a préstamo a los Saraperos de Saltillo, donde permaneció un año. Luego fue a los Tecolotes de Nuevo Laredo y aproximadamente en el año de 1980 regresó al Unión Laguna.

En ese entonces se jugaba en un estadio desarmable que habían traído de Houston Texas, el cual se colocó en un predio donde ahora se encuentra una empresa refresquera, cerca de las colonias Las Carolinas y La Aviación. Luego, el estadio se lo llevaron a Tampico y después lo regresaron a Monclova, donde se quedó el equipo, pero en realidad eran todos los jugadores del Unión Laguna.

Efraín recordó que por algunos años, alternó su participación en la Liga Mexicana con la Liga del Bajío, en esta última durante el invierno, primero vistiendo la camiseta del equipo Jalostotitlán, Jalisco y luego con Moroleón, en León Guanajuato.

Más o menos en 1982 lo contratan en el equipo de Yucatán, en donde permaneció cuatro años y luego pasó a San Luis Potosí en donde jugó poco tiempo, pues para finales de 1986, decidió retirarse y regresar a Matamoros.“Tenía más o menos 36 años, todavía podía jugar, pero yo dije “hasta ahí” y pues se acabó”. Ahora vive una vida tranquila, atendiendo su negocio, con el apoyo de una de sus hijas.