El poeta español Manuel Machado, quien nació hace 147 años, el 29 de agosto de 1874, sigue vigente debido a su labor como divulgador y renovador de los cantes flamencos.
Su obra poética, representativa del estilo modernista en la poesía española de su época, fue una mezcla perfecta entre el espíritu cosmopolita y la tradición andaluz.
Manuel Machado nació en Sevilla, España, y a la edad de nueva años se mudó junto con su familia a Madrid, lugar donde realizó sus estudios hasta llegar a la licenciatura en Filosofía y Letras.
En la capital española comenzó a difundir sus primeras poesías y con el pasó de los años, y gracias a la fama que había ganado, llegó a ser director de la Hemeroteca y del Museo Municipal.
De acuerdo con información de su vida publicada en el portal de internet biografiasyvidas.com, el poeta dio sus primeros pasos literarios en la revista La Caricatura, fundada y dirigida por Enrique Parada, con quien colaboró en los poemarios Tristes y alegres (1894) y Etcétera (1895).
Posteriormente Machado creó varias revistas literarias de escasa duración y colaboró en periódicos locales y de otros países de Europa y América.
De manera conjunta con su hermano Antonio, realizó diversas creaciones teatrales, siendo La Lola se va de los puertos su obra cumbre y de la cual se han hecho algunas adaptaciones cinematográficas.
Machado realizó varias colaboraciones con su hermano en las obras La duquesa de Benamej, La prima Fernanda, Juan de Maraña, Las adelfas, El hombre que murió en la guerra y Desdichas de las fortunas, entre otras.
También contribuyó fervientemente a la poesía modernista, entendida en su vertiente más colorista, decadente y cosmopolita, dándole un matiz andaluza que hace de su poesía algo único.
En 1899, tras separarse de su hermano, el poeta viajo a París, donde se desempeñó como traductor y tuvo una vida bohemia. Al volver a Madrid publicó su primer libro de poemas, titulado Alma, ésto de acuerdo con el sitio de internet los-poetas.com.
En 1910 se casó con su prima Eulalia Cáceres, mujer profundamente religiosa, por lo que Machado tuvo que dejar su vida nómada y se dedicó a trabajar como archivero y bibliotecario.
Para 1938, en plena Guerra Civil, se hallaba en Burgos y fue designado para ocupar una silla en la Real Academia Española, después de haber escrito una poesía encomiástica, Al sable del caudillo, dedicados al general y futuro dictador Francisco Franco.
Al terminar la confrontación interna tomó el cargo de director de la Hemeroteca y del Museo Municipal de Madrid, del que se jubiló al poco tiempo; siguió escribiendo poesía, la mayor parte de carácter religioso, aunque también dedicó varios escritos a figuras y símbolos del franquismo.
Aunque fue muy criticado por escribir para la dictadura en su país, Machado fue un visionario que se adelantó a su tiempo con la creación de una nueva variante de soleá, a la que bautizó como “soleariyas”.
Según los especialistas, en la mayoría de sus obras tiende hacia un lenguaje coloquial con raíces en el modernismo y el folclor, al que elevó a la categoría de poesía sin adjetivos.
Entre otras obras que destacan del autor se encuentran El mal poema y Canciones y dedicatorias, en el cual hace patente su apego a Andalucía y su cante, algo que ya había hecho patente en Cante hondo.
Manuel Machado falleció el 19 de enero de 1947 en Madrid, y tras su muerte su viuda ingresó en una congregación religiosa dedicada al cuidado de niños abandonados y enfermos.
