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PIÉNSALO, PIÉNSALO

RENUNCIAR A PENSAR RENUNCIAR A SER HUMANOS

Hay muchas cualidades que definen al ser humano, su inteligencia, su voluntad, su libertad, su solidaridad, su interdependencia, su capacidad de amar, su trascendencia… pero usar bien la razón es fundamental para todas ellas. La razón es, según santo Tomás, una disposición estable de la inteligencia en el orden del conocimiento, adquirida con base en el andamiaje mismo del pensamiento que es la aprehensión intuitiva e inmediata de los grandes principios. La ciencia es un conocimiento consecuencia de otro, es un conocimiento de las cosas por su causa y engendra certeza cuando es adquirida por demostración. Este proceso puede hacerse deficientemente y afectar a la construcción de nuestro ser personal, por ejemplo, al sacar conclusiones falsas o fundamentarse en datos erróneos y puede llevarnos a acciones equivocadas. Usar bien la inteligencia nos lleva a la recta determinación del obrar, y si el obrar sigue al ser, entonces nos formamos correctamente como seres humanos.

El problema es saber si seguimos haciendo uso de la razón o, por el contrario, la hemos anestesiado y adormecido para que las diversas corrientes ideológicas "razonen" por nosotros. Atrevernos a pensar por nosotros mismos es crecer en humanidad, renunciar a ese privilegio es dejar el mando a otros y rebajar nuestra dignidad. Buscar por nosotros mismos la verdad, con el proceso adecuado, vale la pena.

El individualismo egocéntrico que caracteriza esta postmodernidad, hace que el individuo se deje llevar por lo efímero. Se cuestiona la verdad y se rechaza el dato científico-empírico con argumentos de corte irracional, dejándonos mover por publicidad, sentimentalismos, ideologías sin base en la ciencia, donde ya no importa la verdad sino lo que cada quien sienta que es verdad, aunque en realidad no lo sea. Se niega la certeza absoluta, se cambia de opinión constantemente, se pone en consenso, como si la mayoría no se pudiera equivocar. Manipulados por quienes saben de psicología de las masas, aceptamos eufemismos que adormecen las conciencias y justifican las más grandes barbaries, como la "interrupción de embarazo" que en realidad es un homicidio.

Nos encontramos ante una crisis en la capacidad de pensar: cuestionar, analizar, reflexionar, ser lógicos. ¿Qué consecuencias tiene? Ni más ni menos que la pérdida del sentido de la propia vida. El vacío y sinsentido que provoca esta situación lleva a la deshumanización y a trastornos propios de una vida desconectada de lo valioso, sin proyecto, sin esperanza, sin ideales, donde impera lo desechable (Viktor Frankl).

Basar lo bueno y lo malo en función de nosotros y no de la verdad, de la realidad y de los datos científicos, lejos de ser libres nos hace esclavos de otros o de nuestras propias miserias; sin principios rectores, la vida del ser humano se vuelve un caos y nuestras relaciones pierden también profundidad; se pierde de vista la grandeza de ser persona. Dañada la comprensión de la naturaleza humana se daña también lo que entendemos por "dignidad humana" y dejamos instalar cómodamente ideologías que niegan la verdad abriendo las puertas a lo absurdo y manipulable. La caída del verdadero conocimiento (no solo el exceso de información), provoca una caída del conocimiento y la atención, pues cuando se deja de buscar la verdad, le cree uno a cualquiera que sepa jugar con nuestros miedos. Si la verdad nos hará libres, la falta de verdad nos hará esclavos. Se nos quiere destruir desde dentro, desde la esencia de la persona humana, para poder llevarnos después a donde quieran, justificando hasta lo más irracional, pues no se basan en la ciencia sino en sentimentalismos dañando seriamente la esencia misma de la persona. Piénsalo.

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