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Las ocho tendencias que definirán la economía en el 2021 y más allá

JUAN MANUEL GONZÁLEZ

Las crisis abren las puertas a notables innovaciones y conocimientos. La situación actual que pone en tela de juicio muchas creencias arraigadas sobre el funcionamiento de las empresas. Aunque los pronósticos son siempre difíciles, sobre todo en un momento como este, en el que sigue habiendo un alto nivel de incertidumbre, en un diálogo que tuvo lugar durante un reciente evento virtual en el que se presentaron conversaciones con líderes empresariales de todo el mundo se mencionaron las ocho tendencias que darán forma a la economía después de la pandemia de la COVID 19.

La primera es la innovación. Este ha sido un periodo de increíble y asombrosa innovación. Hoy, el número de nuevas patentes en Estados Unidos es más del doble de los niveles que se registraron en 2019, y muchos otros países también han tenido grandes aumentos en ese aspecto. Lo anterior se debe a que el empleo tradicional se ha visto afectado, la necesidad es la madre de la invención. Lo que sucederá en los próximos años será debido a las innovaciones que se están dando aquí y ahora.

La segunda tendencia se refiere al comportamiento del consumidor, para analizar cuáles de los muchos nuevos comportamientos de los consumidores se mantendrán, se maneja lo que se conoce como “índice de adherencia” (stickiness index). Si temor a exagerar, podemos decir que hemos visto diez años de innovación digital en aproximadamente seis meses, y el comercio electrónico en todo el mundo ha aumentado entre dos y cinco veces respecto de los niveles anteriores a la pandemia. El impacto ha sido profundo en varios sectores. Las compras electrónicas de despensas y de muchas otras cosas, no tienen vuelta atrás. El asombroso incremento de la atención médica virtual tampoco tendrá vuelta atrás. Por otro lado, la educación a distancia no nos parece tan buena, y el entretenimiento en vivo volverá -de hecho, ya está volviendo-. Pero los cambios serán mayores para los grupos de menores ingresos que han sido los más afectados por la pandemia.

La tercera tendencia es el medio ambiente. Si habrá una “recuperación verde”, pero será de muchos tonos de verde dependiendo del punto de partida de cada región. Lo cierto es que tenemos que cambiar nuestra forma de pensar sobre esto.

El cambio climático es la mayor oportunidad de nuestra generación en cuanto a la escala y el alcance de la inversión necesaria para garantizar que la recuperación sea de un tono muy verde. Las cifras son asombrosas: unos $3, 500 millones de dólares de inversión en infraestructura energética cada año. La pregunta para los líderes empresariales es: ¿cómo participar y darle forma a esta recuperación.

Otra tendencia que marcará el futuro inmediato es la que ha estado dando forma a nuestras vidas en los últimos 15 meses: la atención médica. Habrá -hay-, una revolución sanitaria. Las visitas en persona al consultorio médico se hacen a un lado ante la telesalud y eso continuará. La pandemia de la COVID-19 ha hecho que se gasten $180, 000 millones de dólares en investigación para desarrollar vacunas y otras herramientas. La anterior crisis sanitaria relacionada con el virus del Zika implicó un gasto de $1, 100 millones de dólares, por lo que el nivel de inversión es 180 veces mayor. Veremos un aumento sostenido de la inversión y el progreso científico, y por ello la “biorevolución” ya es un hecho real.

A lo largo de esta crisis, el gobierno se ha convertido en prestamista, pagador y, en última instancia, propietario en toda una serie de industrias. Y con una mayor participación viene un mayor escrutinio gubernamental. la quinta tendencia para las empresas será hacer frente a esa mayor participación.

La sexta tendencia es la reestructuración de las carteras empresariales. El año pasado se produjo un cambio importante en el valor, ya que el quintil superior de las empresas obtuvo $240, 000 millones de dólares de ganancias económicas, mientras que el 20% inferior perdió $400, 000 millones. Esto se está reflejando en cómo las carteras están cambiando, y el volumen de las operaciones ha alcanzado niveles récord.

La séptima tendencia está relacionada con el cambio de las cadenas de suministro. La geopolítica forma parte de ello, especialmente la relación entre Estados Unidos y China, pero hay muchas otras fuerzas en juego. No se puede cambiar la cadena de suministro de la noche a la mañana — de hecho, menos del 25% de todas las cadenas de suministro podrán reubicarse en cinco años—, pero de todos modos veremos cambios importantes en las cadenas de suministro.

En cuanto a la octava tendencia, veremos un regreso de los viajes aéreos, aunque no como antes. El tráfico aéreo mundial ha caído drásticamente y se espera que no vuelva a los niveles anteriores sino hasta 2024. La recuperación de los viajes de negocios puede ser incluso más lenta, y quizá el 20% del tráfico no vuelva jamás. Pero al igual que hemos visto un fenómeno de compras de “revancha”, es muy probable una revancha en los viajes.

El ritmo del cambio será más rápido. Seremos testigos de un aumento en el ritmo del cambio, porque muchas de estas tendencias ya existían antes de la solo que hoy, se han acelerado.

Fuente: Celia Huber y Kevin Sneader. McKinsey. www.degerencia.com/jmgc

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