Luego de que Marcus Rashford, Jadon Sancho y Bukayo Saka fallaran su penalti en la Final de la Eurocopa, provocando que Italia se coronara en Wembley, los chicos recibieron una estampida de odio digital y física.
Hay que iniciar hablando del juego. ‘El Equipo de la rosa’ salió con ímpetu y decidido a buscar el juego, a pesar del planteamiento (que en el papel lucía defensivo) que Gareth Southgate envió al césped de ‘La Catedral’, mismo que repetía línea de cinco atrás como en octavos ante Alemania.
Rápidamente con un gran gol de Luke Shaw, que sella su mejor temporada como profesional, los locales abrían el marcador y la fiesta en la tribuna se hacía presente. Sin embargo, el desarrollo del juego fue un tanto pantanoso hasta el empate de Leo Bonucci tras un remate de Marco Verrati que no dio por perdido el balón. Luego, poco y nada hasta los penales.
Y aquí es donde quiero explayarme. Recordaremos aquella tanda de penales, también en esta Euro, en la que Luis Enrique pregunta a los españoles quién se siente bien para tirar. O al menos eso nos deja entender la imagen. Y aunque evidentemente los futbolistas se mostrarán decididos, el hecho de que el entrenador pregunte no es un tema menor para incentivar la confianza y calmar los nervios.
SEGUNDO TIEMPO
Con Southgate fue distinto. Metió a Rashfrod y a Sancho justo al minuto 120. No tocaron otra pelota salvo su lance desde los 11 metros. Pudo influir, claro. Y encima, decidir que un chico de 19 años pateara el penal decisivo. Teniendo a gente con un pie más probado, y sobre todo ya entrado en calor, como el de Jack Grealish o el propio Luke Shaw, estas decisiones del técnico son polémicas.
Luego, la leyenda del United, Roy Keane, salió a decir que Grealish debió levantar la mano y tomar la decisión de patear él el penal, y no dejarlo en los jóvenes que erraron. Situación que molestó al atacante del Aston Villa y que terminó por aclarar en Twitter, asegurando que fue decisión del entrenador que él no pateara entre los cinco primeros.
Haciendo el balance en general, más que perder una final, los ingleses pierden más en el sentido social. Wembley fue un caos desde antes del juego (con las invasiones al estadio), después del pitazo final (con las agresiones) y hasta días más tarde(con vandalizaciones a murales, como al de Rashford). Aún se sienten los estragos de esa final, y estos tres leones involucrados se han expresado en redes sociales mediante cartas que rechazan contundentemente el acoso y racismo recibido en la última semana. Cuando pensábamos que habíamos avanzado, nos dimos cuenta de que no fue así.
TIEMPO EXTRA
Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, anunció medidas más severas contra los autores de los insultos racistas, luego de que los futbolistas ingleses que fallaron el penal recibieran este odio por redes sociales.
