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Rumbo al centenario

Nuri Farrus y Nuri Murra relatan su trayectoria y por qué continúan con el éxito de Cimaco

'Tienes que estar alerta de todo lo que ocurre en el mercado'

PATRICIO DE LA FUENTE

En una entrega más de las entrevistas rumbo al centenario de El Siglo de Torreón, esta casa editora charló con Nuri Farrus de Murra y Nuri Murra Farrus, madre e hija, dos empresarias que ponen en alto a La Laguna a nivel nacional. 

-Nos da mucho gusto continuar con esta serie de entrevistas de alto perfil rumbo al siglo de El Siglo de Torreón. Esta plática tiene un tinte muy especial: es la primera vez que dos mujeres están a cuadro. Llevo algunas entrevistas pero hoy es la primera ocasión en la que conversamos con dos mujeres al mismo tiempo; dos mujeres con logros excepcionales en el ámbito empresarial, pero, además, madre e hija. Estamos en un referente para la Comarca Lagunera, para Coahuila y por supuesto, para México: Grupo Cimaco. Le agradezco mucho a doña Nuri Farrus de Murra y a su hija Nuri Murra Farrus el que hayan aceptado esta conversación. Buenos días.

Nuri Farrus de Murra: Buenos días, Pato. Al contrario, para nosotros es un honor poder participar en los cien años de algo tan emblemático para Torreón como El Siglo. Toda la vida nos acordamos de que salíamos muy temprano a recogerlo a la calle; ahora mi marido ya es tecnológico y los lee en su iPad.

-Porque como toda empresa, nos diversificamos para abarcar distintos mercados y aprovechar las herramientas tecnológicas, pero eso también lo han hecho ustedes de manera muy exitosa, Nuri. Nueve décadas cumplió Grupo Cimaco el año pasado. Felicidades. Nuri, estas entrevistas también buscan significar a nuevas generaciones que están haciendo grandes cosas por la Comarca y ahí es donde apareces tú, Nuri hija. Creo que es la primera entrevista que te hacen.

Nuri Murra: Sí, es la primera a cámara, muchísimas gracias por la oportunidad y por poder estar aquí platicando para un medio de comunicación tan importante como El Siglo de Torreón, es un gusto.

-A ver, regresemos al 2020, cuando Cimaco festejó sus primeras nueve décadas de vida. Es difícil abarcar tantos años. Hoy me interesa preguntar dónde irrumpes tú en esta historia, Nuri mamá, y cuándo te conviertes es una pieza fundamental para la organización. ¿En qué momento te empiezas a interesar por Cimaco?

Nuri Farrus: La verdad es que yo siempre he sido inquieta, tuve otros trabajos e hice otras cosas antes de involucrarme en Cimaco porque en aquel tiempo no era tan bien visto o aceptado que nosotras las mujeres que perteneciéramos al grupo. Entro cuando se abre el café de Cimaco en la tienda de la calle Hidalgo, ahí es donde comienza a entrar la mano femenina en la cuestión del café.

 Nuri Murra: ¿Cuándo fue más o menos? Yo recuerdo ir de chiquita al café, que estuviera ahí mi mamá. Había un chef que se llamaba Benjamín, él nos enseñaba a hacer cisnes con manzanitas y rosas de tomates, yo tenía tres o cuatro años.

 Nuri Farrus: Creo que sí porque Cimaco, en la que estamos ahorita que es la de Cuatro Caminos, este año cumple 20 años. Calculo que hará alrededor de unos 25 años.

En la tienda de Hidalgo me iba inmiscuyendo no necesariamente con tanto permiso o habiendo sido invitada formalmente, hasta que un día Lalo, mi marido, me dijo: "Nuri, fíjate que estoy en Cuatro Caminos y quisiera que me ayudaras con la cuestión de restaurantes". Recuerdo haberle respondido: Lalo, yo no conozco de restaurantes, ¿dónde voy a conseguir las cosas por mayoreo? Toda la vida me dediqué a telas, a decoración, pero no a esto. Y ahí me comenta: "te voy a encargar que tú te hagas cargo de crear el concepto de menús, de entorno". Claro que yo no decoré nada, son los especialistas los que vinieron, una compañía que estaba en Miami. Esa fue mi entrada formal al grupo.

-Tus primeros recuerdos. Nos hablabas, Nuri hija, del café, del restaurante. Tus papás son sinónimo de mucho trabajo, de constante inquietud, pero también de estar siempre involucrados y presentes. Cimaco es, como dicen los americanos, un "hands on business".

Nuri Murra: Sí, desde chiquita iba al café, Mientras mi mamá trabajaba me dejaban en la cocina y los chefs ayudaban a entretenerme. Recuerdo Navidad, íbamos a la envoltura de regalos ahí en Hidalgo. También nos involucraban en los desfiles de moda.

 Nuri Farrus: Tú fuiste la que modelabas porque sus hermanos son muy…

 Nuri Murra: Bueno, se prestaba más a que yo modelara. Mis hermanos son de bajo perfil.

-Hay algo muy importante, sobre todo cuando eres un prestador de servicios, que es conocer a tu público, a tu cliente, a tus amigos. Cuéntenme, para cada una de ustedes cómo fue esa experiencia.

Nuri Farrus: Siempre me ha gustado ver las tendencias en todo: decoración, ropa, en la moda y desde luego, en la cocina. La comida siempre fue muy importante en mi casa. Cuando comencé a crear los conceptos de los restaurantes involucré a muchos chefs. Tomé cursos con Guillermo González Beristain de PANGEA, y también lo hice en Inglaterra.

Cuando Nuri hizo una maestría en Barcelona, me invitaba a ciertas pláticas, así pude conocer al Bulli y tomarme una foto con ellos. Mi teléfono se encuentra lleno de nuevas recetas y platillos; Lalo, mi marido, también tiene un sentido crítico y está al pendiente de todo cuando salimos a comer a un restaurante.

-Además, Nuri, ¿apoco no te da orgullo, cuando hablamos de Torreón, el poder presumir la oferta gastronómica que tenemos? Hoy existe un gran movimiento de personas pujantes y creativas que sí, quizá en un principio hayan emulado a los grandes chefs, pero también aportan y crean su propia tendencia.

 Nuri Murra: Sí, claro. Eso es importante y como dice mi mamá, el estar en contacto con el cliente y ver qué es lo que te van pidiendo, innovar: ahí está la clave.

-Oye, Nuri chica, hablemos del bagaje académico. Tu madre nos cuenta que ella fue aprendiendo sobre la marcha, pero tú tuviste un abanico de opciones.

 Nuri Murra: Sí, muy afortunada y estudié la carrera de Mercadotecnia en Monterrey. Luego logré irme un año a Francia también a estudiar allá. Hice un doble grado en el Tecnológico, después me incorporé a la empresa familiar, siempre en el área comercial. Principalmente en compras, y diferentes departamentos. Compré ropa, libros, artículos del hogar, varias cosas. Después tuve la oportunidad de irme a Barcelona, donde cursé la especialidad en escaparatismo y "vision merchandising".

Me llamaba muchísimo la atención el hecho de cómo, cambiando el aparador o la colocación de cierta mercancía, las cosas se ven totalmente diferentes.

Barcelona me encantó, por ello decidí estudiar una maestría en administración de empresas. Terminé y regresé a Torreón de nuevo a la empresa. Actualmente soy gerente comercial, donde también he aprendido sobre la marcha. Lo académico es muy importante y te da crecimiento, pero creo que no hay nada como trabajar.

-¿Saben qué ocurre en una conversación, en general con una entrevista? A veces nos resulta complicado contar nuestra historia en primera persona, así que les propongo que invirtamos las cosas. Nuri mamá, háblame, estrictamente como empresaria, del valor agregado y lo que sientes que aporta tu hija en la organización ¿Qué te gusta de tu hija cuando la ves trabajar y qué no te gusta también?

Nuri Farrus: Más bien lo que me gusta. Soy mamá cuervo, pero creo que tengo razón. Nuri aporta muchas cosas y además es una persona muy responsable. Fue responsable siendo niña y ya como estudiante, pero ahora también es una mamá que cuida a su bebé y al mismo tiempo atiende sus responsabilidades en la empresa. Nos ha tocado ir de compras juntas para la tienda. Hace algún tiempo le dije: nena, fíjate que yo me voy a morir muy tranquila porque veo que tienes la capacidad de saber comprar. No es lo mismo comprar para uno que comprar para una tienda, porque a veces hay cosas que te pueden gustar a ti pero no necesariamente van a ser del agrado de todo el mundo. Nuri está en el área comercial siempre innovando, adivina las tendencias de lo que viene.

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-Antes de que me digas lo que te gusta de tu mamá, estoy entendiendo un poco por qué tu rol es tan importante, Nuri. Eres una suerte de psicóloga de la condición humana que engloba nuestra conducta y nuestros actos. Olfatear patrones, vislumbrar el futuro, saber elegir, palpar qué puede gustarle o no a la gente. Eso no es fácil.

Nuri Murra: Claro, no es nada fácil. Las cosas cambian muy rápido. Es febrero y ya estás viendo Navidad, es Navidad y ya piensas en el año entrante. Tienes que estar alerta de todo lo que ocurre en el mercado y poseer la capacidad de estar cambiando y buscando.

 Nuri Farrus: Cada vez más porque hoy tenemos la ventaja de poder comprar por internet. Como dice Nuri, es más fácil poder encontrar cosas, pero también como consumidores todos nos hemos vuelto más exigentes. Sin embargo, a veces no le atinamos a los compradores.

Nuri Murra: Siempre va a existir algo en donde la riegas. Tratas de escoger lo que está buscando el cliente para que se venda, obviamente, porque ahí se encuentra el negocio, pero en ocasiones no resulta así. Como dice mi mamá, es mucho más fácil ahora por Internet estar buscando cosas, pero también es tanta la información que existe, que hay que saber discernir qué información es valiosa.

-Exacto. ¿Qué te gusta de tu mamá? ¿Qué le aprendes como empresaria? Separando el rol afectivo, que siempre está ahí.

Nuri Murra: Mi mamá tiene la energía de toda la familia junta. Tiene muchísima energía, eso es superadmirable, no se cansa nunca, siempre está buscando cómo mejorar, no es de decir: los restaurantes venden bien, por ello, ya me siento. Mi mamá siempre está queriendo innovar. Posee una enorme curiosidad y un alto grado de exigencia, porque no es fácil dirigir a un equipo tan grande y al mismo tiempo tan inquieto. Su capacidad de liderazgo se me hace admirable.

-Hablando de innovación, pienso en los medios de comunicación. Hace alrededor de 20 años muchos comenzaron a vivir una gran crisis, pero aquellos que se supieron reinventar y abarcar otros mercados, a la fecha subsisten de forma exitosa. Salvadas las comparaciones, la pandemia cimbró a todas las empresas. ¿Cómo la sortearon? Platíquenme, especialmente, de los cambios en nuestros patrones de consumo, derivados de este gran cisma.

Nuri Murra: Para nosotros los que estamos en compras, el año pasado fue muy complicado. De pronto no te está llegando mercancía, por ende, dejas de vender ciertas cosas. Tuvimos que frenar pedidos, hablar con algunos proveedores y decirles: ya párale. Todo el patrón de consumo cambió muchísimo porque de estar vendiendo ropa, que era un rubro muy importante, la gente comenzó a comprar aparatos de ejercicio, computadoras para el home office y el home schooling, albercas inflables, etcétera.

Nuestro portal de internet, que atinadamente abrió mi hermano Eduardo en 2001, se volvió mucho más importante.

 Nuri Farrus: En el área de los restaurantes, nosotros comenzamos a utilizar muchísimo las redes sociales, a ofrecerle a la gente servicio a domicilio, nuestro equipo estaba en el estacionamiento para que la gente pudiera recibir su pedido sin bajarse del coche.

Nuri Murra: Pues tratar también que la gente, muy admirable que tratamos de que no se fuera nadie y la gente, por ejemplo, que estaba en restaurantes, eran los mismos que entregaban a domicilio justo para seguir ocupándolos. Tratamos de cuidar a nuestros colaboradores, que no perdieran su empleo.

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-Hablabas de lo inquietos que pueden ser los jóvenes en los restaurantes. ¿Qué retos te representan las nuevas generaciones?

 Nuri Farrus: A mí definitivamente, esa generación me ha dado muchísimo por lo de las escuelas de cocina. Cuando yo comencé con toda el área de restaurantes, aquí no habían muchos chefs, no había escuelas, entonces ponías un anuncio, les hacía pruebas al entrar, distintos platillos. Ahora, yo entré en la época de la cocina digamos, tradicional, pero terminé fusionando distintas cocinas.

La Laguna ha tenido un cambio brutal en los últimos tiempos. Cuando abrí el Gourmet hace 20 años, incorporé productos como quesos mozzarella, parmesano, prosciutto, jamón serrano, pensando que quizá la gente no los compraría. Fue una sorpresa porque la gente reaccionó bien y lo aceptó.

-¿A ti qué te enseñan las demás generaciones, Nuri?

Nuri Murra: A mí me toca trabajar desde con personas que tienen laborando 30 años en la empresa, hasta con jóvenes de 22 años. Quien tiene 30 años trabajando posee una experiencia y un colmillo para negociar que difícilmente se aprende en la escuela. Hay cosas que te aporta la experiencia y otras cosas que te da la escuela. De las nuevas generaciones me gusta su toda inquietud de estar buscando cosas nuevas.

-Te quiero platicar una cosa, les quiero platicar. Esto creo que es una tradición familiar porque hace veintitantos años, en 2003 o 2004, hace mucho que conozco, quiero y admiro a tus papás. Recuerdo hablarle a tu padre y decirle: oye, Lalo, ¿me podrías recibir? Me gustaría entrevistarte. Fue en la tienda del Centro, en la Hidalgo, y respondió: ¿pero por qué a mí? ¿Qué te voy a decir? Con esa sencillez que lo hace ser un hombre tan grande. A mí me encanta y te quiero preguntar, Nuri, a ti que estás casada, cómo se le hace, porque la empresa familiar es muy padre pero siempre tiene un grado de dificultad, sin embargo, tus papás son un equipazo. Nuri chica, ¿cómo le haces tú ahora para llegar y decir: a ver, aquí acaba lo del trabajo, nos encanta lo que hacemos, pero nos desconectamos y estamos en lo familiar?

 Nuri Murra: Yo no sé desconectarme, venimos a comer y sigue el trabajo, no se detiene. Sí nos desconectamos hasta cierto punto si hay una comida familiar, no todo el tiempo se está hablando de trabajo pero al ser empresa familiar no existe esa separación tan definida. Al final siempre estás conectado, siempre está pasando algo, siempre hay algo que comentar, entonces es raro que se deje totalmente de lado pero, por un estado mental sano, en cierto punto tienes que desconectarte. Eso lo hacen muy mis papás en los viajes.

 Nuri Farrus: Sí, pero siento que mi marido toda la vida ha estado conectado aunque yo en los viajes tomo fotos pensando en cosas que puedan gustarle a nuestros clientes y amigos.

-Las guerras en el siglo pasado, primordialmente fueron conflictos de carácter bélico. Las guerras de este siglo serán por los recursos naturales. Ya que hablamos de guerras, ahondemos en las guerras comerciales. Platíquenme un poco, ustedes que tienen tan bien diseccionado el mundo y que han viajado, ¿a qué economías habría que apostarle? ¿A quién te gusta comprarle? ¿A quién no? ¿Qué te preocupa y qué te alienta, a las dos, sobre estas guerras comerciales?

Nuri Murra: Está un poco complicado porque al mismo tiempo que queremos comprar local, por todo este movimiento de consume local, cuida los recursos porque consumir local es más responsable, al mismo tiempo el mundo está tan globalizado y dependemos tanto el uno del otro como se vio en la pandemia, que es muy complicado. Hoy en día, no sabría darte un porcentaje, pero muchísimos productos vienen de China o tienen componentes chinos, por eso todo el tema de desabasto en el último año. Hay desabasto de acero, ahorita hay de chips, entonces, los contenedores estuvieron parados, todo se paró porque dependemos tanto de China que esto está pasando. Economías, depende un poco del tipo de producto para ver a qué economía le apuestas. Para trajes de baño y ropa interior, Brasil y Colombia tienen muy buenos productos y hay que apostarle para ese lado. Siempre tratamos de darle prioridad a lo mexicano, pero existen algunas industrias, por ejemplo ,los textiles, que no producen chamarras Y suéteres, todo es importado.

 Nuri Farrus: Los textiles normalmente "made in India", por ponerte un ejemplo. Hablando de la pandemia, India la está pasando muy mal y existe un problema de desabasto en su industria.

 Nuri Murra: Lo vimos con Trump, que quiso concentrar todo en Estados Unidos, pero no es posible, estamos tan conectados, ya no somos países, somos un planeta. No por arreglar un país, como ahorita está pasando en Estados Unidos donde la campaña de vacunación ha estado superfuerte y ellos van mejor, otros países necesariamente saldrán de la crisis a la misma velocidad.

-La aldea global de la que hablaba Umberto Eco. Por cierto, cuando pasemos esta crisis mundial que estamos viviendo, ¿qué les gustaría hacer como grupo? ¿Qué les falta? porque mentes inquietas como ustedes no están a gusto. La zona de confort a veces repele, a mí me repele.

Nuri Farrus: Yo creo que no tanto es el explorar. Sí, definitivamente mucho lo compras por internet, eso es donde yo sí quisiera explorar e ir mas allá. En Cimaco tenemos un campo de oportunidad en ese sentido.

 Nuri Murra: Las tiendas al final, bueno, a mí me pasó en la pandemia, yo soy generación que sí compra en línea, pero siempre nos hará falta ir a pasear. Para nosotros es muy importante el crear un ambiente de experiencia al cliente, porque el producto es fundamental, pero también la experiencia de comprarlo.

 Nuri Farrus: El que te estaciones en una buena sombra, bajarse del coche, entrar a la tienda y que alguien te diga: bienvenido.

 Nuri Murra: Un ejemplo claro es Amazon, el monstruo del online, pero aun así han creado tiendas físicas porque somos humanos y necesitamos ese contacto, tocar, ver y sentir.

-Claro, somos seres sociales. Recuerdo que el año pasado estaba yo manejando, me traje a mi mamá para acá, estábamos fuera de la Comarca, venía yo pensando cuándo sería la próxima vez que podríamos viajar en carretera ante la dimensión de lo que se venía, de lo desconocido. Pero es cierto, el contacto humano no se puede sustituir con nada. Justamente a las nuevas generaciones, por la situación económica, quizá ya no les alcance para casarse tan pronto o para independizarse, pero sí están dispuestos a invertir en experiencias, viajar, salir a un restaurante. Los patrones de consumo de los jóvenes son muy claros, es cuestión de fijarse.

Nuri Murra: Pero también los jóvenes ya se fijan en otras cosas, en que las marcas sean amigables con el planeta, que los textiles traten de ser más sustentables, en la tolerancia e inclusión. Ya no es solo comprar el producto, hay generaciones nuevas que se fijan en otras cosas detrás de las marcas. Creo que es importante que toda la experiencia, el mostrar un producto, no se base en solo más tener el producto ahí, sino la experiencia de ese producto muestre las cosas que hay detrás de haberlo hecho.

 Nuri Farrus: Por ejemplo, yo con Nuri he aprendido muchísimo en cuanto a la importancia del reciclaje y a ser autosustentables. Ella consiguió quién nos acepte el vidrio y el cartón. Hoy separamos todo y tenemos muy clara esa conciencia.

 Nuri Murra: Nuestros hijos, por ejemplo, van a tener que luchar por recursos no renovables en un futuro cercano, por ello varias tiendas de Cimaco ya operan con paneles solares y energía limpia.

-¿Qué te preocupa y qué te ocupa cuando tienes un hijo? ¿Qué mundo les gustaría dejarle a las siguientes generaciones?

 Nuri Murra: La importancia del orden, la limpieza y el método. En ese sentido admiro mucho a los japoneses, la disciplina y constancia

 Nuri Farrus: Cuando tienes un hijo te cambia un poco la perspectiva, al final siempre quieres dejar un granito de arena pero quizá no sepas por quién dejarlo, entonces, al final lo que quieres es que tus hijos sean felices. Todo lo que puedas hacer alrededor de eso para que así sea, creo que es el granito de arena que queremos dejar.

Existen cosas que antes de la pandemia quizá no valorábamos tanto.

-En máximo cinco palabras defíneme a tu mamá.

Nuri Murra: Enérgica, creativa, curiosa, amorosa y platicadora.

-A tu papá, don Lalo.

Nuri Murra: Responsable, trabajador, honesto, sencillo y también enérgico.

-Nuri, por favor define a tu hija.

Nuri Farrus: Nos llevamos muy bien, somos muy diferentes, ella es una persona analítica, responsable, cuidadosa, siempre está buscando dar lo mejor que sí. La paciencia que me tiene, eso lo agradezco mucho.

-En menos de un año estaremos celebrando el centenario de El Siglo de Torreón y dentro de diez, estoy cierto, los 100 años de Cimaco. Gracias a las dos por sus enseñanzas y generosidad.

Nuri Murra Farrus y Nuri Farrus de Murra dialogaron en entrevistas rumbo al siglo de El Siglo sobre su aprendizaje, desafíos y el legado que buscan dejar en Cimaco. (ÉRICK SOTOMAYOR)

Nuri Murra Farrus y Nuri Farrus de Murra dialogaron en entrevistas rumbo al siglo de El Siglo sobre su aprendizaje, desafíos y el legado que buscan dejar en Cimaco. (ÉRICK SOTOMAYOR)

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