Una lluviosa tarde del Invierno de 1986 conocí a Don Fernando Ibarra Favela en la Redacción de otro diario local. Era Reportero de guardia y el Director me indicó que hiciera la nota de presentación de este personaje de la crónica taurina en ese medio informativo. En términos taurinos le di la alternativa en el periodismo escrito a Don Fernando, un profundo conocedor de la Fiesta Brava, novillero en su juventud con el sueño inconcluso de ser Matador, pintor, amante de las Letrillas (versos breves) y pregonero de ¡Arráncame la vida¡
Frase que fluyó como un agua viva bajo el rígido hielo de la lengua escrita y convencional, pero un buen día el hielo se quebró y la fuerza del lenguaje popular invadió la superficie para tomar vida y movimiento, así fue como ¡Arráncame la vida! se integró al lenguaje diario de los laguneros.
Quién no ha puesto atención a su programa “Toros y Letrillas’’ y escucha con atención los versos cortos que declama con gran pasión, herencia del poeta español Manuel Benítez Carrasco (su gran amigo y maestro), los cuales son un alimento diario para el espíritu y concluye con su “Arráncame la vida’’, nombre del tango escrito por el inmortal Agustín Lara.
Entrevistado al respecto considera que es una expresión que nos regaló el maestro Agustín Lara, es una frase que expresa muchos sentimientos, sobre todo uno de desesperación: “Un ya no hay más’’ o “Ya no queda nada’’.
Reconoció que aprendió las Letrillas con el bardo Manuel Benítez Carrasco, de quien era admirador y amigo, al cual conoció en 1962 en la Ciudad de México y llevó una amistad de 22 años. Conoció también al poeta del exilio español León Felipe Camino Galicia, tío del matador Carlos Arruza, quienes se reunían en el Café El Tupinamba, al que también asistía el conocido periodista Jesús Muñoz, “El Ciego’’, al cual evoca en sus relatos y lo considera como el “Ángel protector’’ de “Los Maletillas’’. Además, trató a los escritores Renato Leduc, Luis Spota y Rafael Solana, y al compositor Rubén Fuentes.
En su afán de tomar la alternativa tocó varias puertas en la Ciudad de México, entre ellas la del conocido cronista taurino Francisco Rubiales, “Paco Malgesto’’, quien lo apoyó económicamente para trasladarse a Aguascalientes y entrevistarse con el Maestro Fermín Espinoza “Armillita’’, quien le recomendó que conviviera en esa capital de Estado con los aspirantes a Matadores de ese tiempo.
El sábado anterior presentó su libro titulado “Los Maletillas y otros personajes’’, anécdotas, vivencias y magia de esos héroes de los ruedos y de la vida. Colección de 30 relatos que publicó en un diario local hace años bajo el seudónimo de Juanito Lavín, uno de los tres grandes personajes de la conocida novela “Más cornadas da el hambre’’, escrita por Luis Spota.
En seguida dijo: “Los Maletillas y otros personajes’’ es un homenaje a los aspirantes a toreros, “soñadores de gloria’’ que se quedaron en el camino. Ellos merecen un reconocimiento porque no tuvieron la fortuna de ser figuras del toreo, les faltó el “Toque del Hada Madrina’’ que se llama fortuna.
Otro de sus personajes es “El Espontáneo’’, quien es el “Muchacho’’ a quien Agustín Lara canta en su hermoso paso doble titulado “Novillero’’. Son 30 relatos en los que recuerda personajes y vivencias del mundo taurino. En la parte final de su libro incluye el relato titulado “El Pana’’, La Leyenda, escrito por el doctor que atendió a Rodolfo Rodríguez tras la fatal cornada que sufrió el primero de mayo de 2016 en la Plaza de Toros “Alberto Balderas’’ de Ciudad Lerdo.
Admirador de grande pintores taurinos como el maestro Ramón Reveles, Francisco Flores y Reynaldo Torres, gran pintor retratista, todos ellos lo inspiraron para que fuera pintor. La Peña Taurina “Sol y Sombra’’ de San Francisco, California, le regaló en 1965 un curso de pintura por Correspondencia de Goya School consistente en 40 lecciones.
“En esas entregas por correo aprendí técnicas, proporciones, aros cromáticos y estilos. Era una escuela muy honesta, no prometía hacerte una figura del mundo pictórico porque era una escalera que te va a poner en el primero o segundo peldaño’’, puntualizó.
Desde 1965 empezó a pintar, pues tenía inquietudes e inició con óleos, y ahí se quedó, porqué “el óleo es como el bebedor que se queda en una bebida’’. En 1974 regresó a Torreón y entabló amistad con Salvador Pulido Flores (QEPD), quien le ayudó a ingresar a la televisión en 1976 en un programa que tenía en un canal local.
“Durante el transcurso del programa yo pintaba un cuadro y al término del mismo se rifaba entre el público televidente que se reportaba al estudio por teléfono. Pintaba al óleo sobre Velvet la figura de un torero, un banderillero o un toro. Como es una técnica muy rápida terminaba la pintura antes de que concluyera el programa’’, recordó.
En 1978 se contactó con Juan Antonio Meléndez, quien le propone ser cronista taurino en conocido canal local de televisión. Para ello debió tramitar su Licencia de Locutor y previo examen la consiguió con la ayuda de su amigo Jesús Muñoz, “El Ciego’’. En 1986 ingresa al periodismo escrito e inicia con su columna titulada “De Toros’’ y años después empieza a publicar “Los Maletillas’’ bajo el seudónimo de Juanito Lavín.
Desde 1994 forma parte de la programación de un canal local con sus “Toros y Letrillas’’, y se ha consolidado en el mismo como un Cronista taurino de estilo único y amplios conocimientos.
Han pasado 45 años desde que se inició como pintor en un canal y de la mano del éxito ha transitado por diferentes medios de comunicación de su querida Comarca Laguna, de la cual se alejó por temporadas en la búsqueda de hacer realidad su sueño de ser torero, pero después de recorrer la legua taurina regresó al “terruño’’ para compartir sus aventuras y experiencias, plasmadas en “Los Maletillas’’. ¡Compradores de Gloria!
¡Hasta el próximo miércoles!
Sergio Luis Rosas // [email protected]
