En días pasados, leí un artículo que despertó mi curiosidad porque hablaba de un término que no había escuchado antes: el "cosmetriarcado", vocablo que no existe en el diccionario pero que al tener similitud con las palabras "patriarcado" o "matriarcado" nos remite a la definición sobre el género que tiene el predominio o la autoridad en un grupo social; entonces entendí que este término nos refiere a cómo el culto a la belleza ha incrementado su influencia en la actualidad. En el artículo publicado en el periódico "El País" sobre este tema, se hace énfasis en la diferencia que existe entre el concepto de belleza para hombres y mujeres; mientras que para los primeros se centra en el hedonismo, para ellas se centra en el sufrimiento. En su libro "El mito de la belleza", Naomi Wolf comparte resultados de diversas investigaciones que colocan a la belleza como un mito que mantiene a las mujeres en un sitio subordinado que daña su autoestima y las esclaviza a los conceptos idealizados de belleza que marca la sociedad.
Es cierto que la cultura de la belleza que antes era casi exclusiva para mujeres ahora ha encontrado un mercado significativo en los varones, que han ido interesándose paulatinamente en su apariencia y cuidado personal, desde el sencillo acto de aplicar crema en las manos hasta procedimientos estéticos tales como cirugías, bótox y demás. Actualmente la industria cosmética va en franco crecimiento, impulsada por la aparición cada vez más frecuente de productos novedosos y de la búsqueda de la eterna juventud.
El consumo de productos también se relaciona con la zona geográfica, edad y poder adquisitivo; por ejemplo, en el sur de México tienen mayor demanda los artículos para combatir la sudoración y el mal olor, mientras que el maquillaje es el producto de mayor demanda en el país. En su portal, la Cámara de la Industria del Cuidado Personal y del Hogar difunde cifras respecto del valor de mercado de este sector, en donde se puede observar que el rubro de cuidado personal es el que mayor valor tiene sobre otros que se incluyen, tales como el cuidado oral, de la piel, del cabello, las fragancias, entre otros. También se han incrementado las ventas en línea de este tipo de productos así como servicios para la salud. Al respecto, la firma Groupon Peixe investigó qué es lo que más buscan los mexicanos en relación con la industria de la belleza y bienestar; los resultados mostraron que la demanda de gimnasios, los tratamientos de depilación, de limpieza facial, reductores y para el cuidado del cabello son los que ocupan los primeros lugares. Resulta interesante el estudio de la plataforma Picodi, que revela que las mujeres mexicanas gastan en cosméticos cerca de 6,373 pesos cada año, y es el precio el factor decisivo para la compra. Es notable el crecimiento de los cosméticos ecológicos, ya que muchas personas buscan adquirir productos de empresas sostenibles y que eligen ingredientes más naturales para su fabricación. La publicidad hace lo propio al prometer belleza, juventud, salud, bienestar y perfección.
La tendencia muestra de manera clara cómo este mercado ha crecido en diferentes segmentos y productos, marcando estándares de perfección a los que hombres y mujeres aspiran para obtener logros socioculturales y reforzar el amor propio.
