Los aficionados de Santos Laguna salieron contentos después de la gran actuación de los Guerreros en el juego de repechaje.
Fútbol de sábado por la noche en la Comarca Lagunera, con el boleto hacia la liguilla en juego, los Guerreros volvieron a hacer conexión con su gente, renovando esa ilusión de trascender y bordar una nueva estrella en su escudo.
Un horario que se estilaba hace una década, volvió a ser el momento indicado para alentar a los albiverdes, encendiendo sus magníficas luces el estadio Corona para recibir un partido que colocaba a los de casa como grandes favoritos, pero igual había que meter los goles. De a poco, los fanáticos fueron ingresando al inmueble, muchos aplicando la táctica de beber los últimos insumos en el vehículo, ya estacionados alrededor del estadio, esperando la hora de colocarse el cubrebocas y emprender el camino hacia el carrusel de entrada.
Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del terrible suceso en el Sistema de Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México y llegó el silbatazo inicial de Fernando Hernández, con lo que regresaron los fuegos pirotécnicos, la postemporada es el motivo, se iluminó la negra noche lagunera y la atención se centró en el impecable rectángulo verde, donde los Gallos buscaron imponer condiciones y cantar temprano. Equilibrando la balanza, los de casa decidieron ir al frente y en tres minutos anotaron dos buenos goles, pudo ser otro más, pero el poste evitó que tronaran más fuegos artificiales, sin embargo, la calma inundó el inmueble, el daño ya estaba hecho.
Al medio tiempo, la plática en los pasillos del TSM era referente a los Rayados, ya dando por hecho que el arroz se había cocido, más aún cuando apenas iniciando el segundo lapso, cayó el tercer gol local, ahí sí, ya la única que asaltaba a los fanáticos era en qué round iba a ganar el "Canelo" Álvarez. Otros dos goles y otras dos alegrías que se gritaron a todo pulmón, el gallo estaba desplumado, se esperaba fuera de pelea, resultó que ya venía frito, los de La Laguna se dedicaron a pasear el balón y esperar por la inevitable y predecible conclusión.
Se agotó el tiempo de juego y las lámparas del estadio se apagaron, "Somos de la Comarca Lagunera, orgullosos defendemos nuestra tierra", sonó en las bocinas al tiempo que los aficionados encendieron las lámparas de sus teléfonos para formar un mosaico en movimiento, de esos que quedan en la memoria colectiva por mucho tiempo. "Estamos en cuartos de final", indicaron las pantallas del estadio, empezando a "saborear" el duelo ante los Rayados, con quienes Guillermo Almada y todos los Guerreros tienen cuentas pendientes.
