Columnas Social

La importancia de la puntuación

Las palabras tienen la palabra

JUAN RECAREDO

Va un tipo por la calle cargando un perrito con cara “chistosa”, pasa otro sujeto junto a él, lo ve y suelta una carcajada. Entonces el del pequeño can le pregunta: ¿Te ríes de mí, perro?¿O te ríes de mi perro?

Con este simple ejemplo vemos la importancia de la puntuación. En este caso, la colocación de una coma puede cambiar totalmente el sentido de la pregunta. En la primera parte —¿Te ríes de mí, perro?— la palabra “mí” va acentuada porque es un pronombre y el que carga el perrito está calificando como perro al tipo que se rió de él. En la segunda parte, ya sin la coma, el sentido de la pregunta es más tranquilo, —¿o te ríes de mi perro?—porque en ese caso, el sujeto que pasaba se estaría riendo del perrito con cara chistosa y el “mi” es simplemente un posesivo que indica de quien es el pequeño ejemplar canino.

También está el caso de la señora que no se quiere ir de la fiesta porque está muy animada y el marido ya tiene sueño, y él sí se quiere ir ya a dormir. Y como ya ve usted que los mexicanos usamos la palabra madre en las más diversas tonalidades y con significados totalmente distintos, entonces el señor muy respetuosamente le pregunta a la esposa:“¿nos vamos madre?” Pero la señora que ya se había echado sus copitas y andaba haciendo desfiguros, le contesta con las mismas palabras, pero en un tono muy diferente: “nos vamos ¡madre!” en donde la palabra madre funciona como una terminante —y grosera— negativa. En este caso, más que la puntuación, lo que hace diferente el significado de la frase es el tono en que se dice y eso está determinado por los signos de interrogación y de admiración.

Cuentan que hace mucho tiempo, un rey, —creo que era Carlos V, y si no lo era, para el caso es lo mismo— le perdonó la vida sin querer a un condenado a muerte y todo por no colocar correctamente una coma.

Cuando le pidieron que perdonara al condenado, el monarca quiso contestar: “perdón imposible, que cumpla su sentencia” o sea que el perdonar al tipo era imposible y había que hacerlo que cumpliera su sentencia, pero al escribir su veredicto equivocó la puntuación y envió un mensaje que decía “perdón, imposible que cumpla su sentencia” o sea que en realidad el monarca estaba pidiendo perdón y consideraba imposible que se cumpliera la condena que lo llevaría a la muerte.

Total, que la puntuación resulta clave para la comunicación por escrito y puntuar exige el esfuerzo de situarse al tiempo en el lugar del que escribe y del que va a leer.

La puntuación puede expresar muchos matices: duda, dolor, ironía, vacilación o pudor, pero existen muchas emociones más, y para expresarlas hay que saber puntuar con precisión.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

[email protected] Twitter: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA:

Maricela González Prieto:¿qué significa la expresión “de oquis”?

LE RESPONDO:

En México decimos “estar deoquis” o “estar dioquis” a estar ocioso, sin hacer nada, pero originalmente la expresión era “hacer algo dioquis”, con el significado de que se hace un trabajo sin recibir pago a cambio.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:

Dijo Enrique Jardiel Poncela: “Ser libre es dejar de depender de alguien para pasar a depender de todos”.

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