La docente arribó ayer desde las 5 de la mañana a la Facultad de Ciencias de la Salud de la UJED para recibir el biológico.
La maestra Imelda Arguijo, con poco más de 27 años de servicio, fue una de las primeras docentes en ser vacunada contra el COVID-19 en la jornada que arrancó ayer en La Laguna de Durango y cuatro municipios más de la entidad
Gracias a ello, ahora se encuentra tranquila de no sufrir un contagio o de ser conducto de la enfermedad lo que además le da esperanza de muy pronto poder estar de nueva cuenta frente a sus alumnos de manera presencial y no a través de una pantalla.
La docente llegó desde las cinco de la mañana al módulo instalado en la Facultad de Ciencias de la Salud (o Medicina) de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) en Gómez Palacio para ser de las primeras maestras en ser inmunizadas, y lo logró. Fue la sexta en atenderse en la larga fila que recorrió toda la calzada Las Palmas hasta llegar a la calle Héroes de Nacozari.
"Emocionada, porque no nos esperábamos que fuera tan pronto", dijo la mujer al salir de las instalaciones de la facultad con una sonrisa.
A más de un año de estar lejos de las aulas, Imelda dijo estar ansiosa por regresar, sobre todo por el retraso que asegura presentan sus alumnos, puesto mencionó que solo mantiene contacto con el 50 por ciento de ellos.
"¿Ansiosa? Pues sí, porque los niños están perdiendo mucho, tengo 21 niños porque doy clases en la tarde, y de esos 21 nada más 10 a 12 reportan tareas", declaró preocupada.
La maestra también relató que las condiciones de su escuela, ubicada en la colonia Fidel Velázquez "Chapala", presenta varios problemas como el abasto de agua, sobre todo durante el verano, situación que aseguró, no permitirá cumplir con los protocolos de salud como el constante lavado de manos.
"Chapala es una comunidad que carece de todo, vamos a llegar a las aulas y luego qué vamos a hacer, que las autoridades vean esos pequeños problemas", manifestó.
En el caso de su escuela, la primaria Andrés Quintana Roo, aseguró que por fortuna no ha sido saqueada, pero sí vandalizada, lo que la llena de tristeza.
Lo que le ha dejado la pandemia del COVID-19 a la docente es una profunda tristeza, sobre todo por no poder evitar el retroceso académico que, asegura, ya presentan sus alumnos. Afirmó que al regresar el esfuerzo será mayor para lograr el tiempo perdido.
