La población del ejido Sofía de Arriba ya cuenta con su propio sistema de agua potable luego de años de batallar por el vital líquido. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Luego de sufrir por aproximadamente 15 años la escasez de agua, finalmente los habitantes del ejido Sofía de Arriba, del municipio de San Pedro de las Colonias, cuentan con su propia fuente de abastecimiento, ya que se habilitó un pozo artesanal y se colocó una planta purificadora del vital líquido. Las mejoras se habilitaron hace dos semanas.
La comunidad conforma la zona conocida como La Herradura y tienen como vecinos a ejidos del municipio de Francisco I. Madero; la mayoría de esas localidades desde hace muchos años no tienen agua.
Jorge Estala, comisariado ejidal, dijo que durante todos esos años, los domicilios que se encuentran en la parte alta no contaban con el servicio y en el resto había ocasiones que salía un "chorrito", por lo que cada tercer día el Municipio les mandaba una pipa la cual no era suficiente para todos los habitantes, por lo que acudían con los propietarios de los establos cercanos para que les dejaran llenar contenedores o aprovechaban cuando llevaba agua el canal; sin embargo, el líquido solo les servía para las labores domésticas.
Para beber o preparar alimentos, por semana los habitantes compraban agua purificada, cuyo costo es de 14 pesos por galón, lo que representaba un gran gasto, pues dependiendo de cada familia comparaban galones dos o tres veces por semana y en un "viaje" eran mínimo 150 pesos.
Estala relató que en Sofía de Arriba había un sistema de rebombeo que suministraba a ejidos como Gavilanes, Purísima de Rubio y El Venado, pero llegó un momento en que se quedaron sin una gota, por lo que dijo que al ya contar con la planta purificadora por fin ya tienen agua; incluso, comentó que harán una reunión para ponerse de acuerdo con los demás ejidos, ya que es un servicio de primera necesidad y deben ser solidarios con los demás.
"Fueron como unos 15 años batallando y todo este tiempo nos acostumbramos a acarrear agua de donde fuera; si llegaba del canal de ahí llenábamos los tanques, si nos daban permiso los pequeñeros de agarrar de sus norias pues de ahí. Ahorita gracias a Dios este proyecto nos va a ayudar mucho".
Explicó que por llenar un galón se les cobra 6 pesos, pues la idea es que el proyecto sea autosustentable ya que se debe pagar el consumo de la electricidad y el mantenimiento del equipo de purificación, pues una persona fue capacitada para encargarse de eso y de despachar el líquido, por lo tanto se le debe proporcionar un sueldo.
"Ya no vamos a tener que hacer bloqueos como antes para que nos hagan caso en Simas y nos den agua… ahora podemos agarrar las veces que necesitemos, es agua purificada y económica", dijo una señora que se juntó con otras mujeres que estaban esperando su turno para llenar los contenedores.
Confirmaron que durante años se "robaron" el agua de los estableros o del canal de riego; sin embargo, reconocieron que había ocasiones en las que no les permitían llenar los tanques en lo establos, pues fueron muchos años los que pidieron el líquido.
"La verdad si nos ayudaron mucho (los estableros), aunque había veces que no nos dejaban porque fueron muchos años de estarles robando el agua y de hecho los que no teníamos mueble (vehículo) teníamos que pagar el flete y nos costaba 200 pesos por llenar un Rotoplas (tinaco). Era agua salada que usábamos para lavar, hacer el quehacer y bañarnos".
Las mujeres también mencionaron que luego de muchos años sin agua, su pensamiento era que ya no lo iban a tener y hubo momentos en que se desesperaban, sobre todo durante la temporada de calor.
Los habitantes también explicaron que en varias ocasiones organizaron manifestaciones para exigir a las autoridades municipales que se solucionara el problema, pero luego las convencían de que les mandarían pipas más seguido y que buscarían una solución definitiva, situación que luego quedaba en promesa y olvido, hasta que por fin les hicieron caso; sin embargo, reconocieron que tenían escepticismo en que se concretara y ahora se dicen muy contentas porque "ya hay agua en el rancho y de buena calidad".
De acuerdo con la explicación que se dio en la Dirección de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial, en la comunidad había tres pozos artesanales, los cuales con el tiempo quedaron en desuso y luego de que se autorizó el proyecto, el contratista realizó los estudios de factibilidad, los cuales confirmaron que las tres norias estaban agotadas.
No obstante, se hizo un intento más en un predio ubicado en la entrada de comunidad, donde según comentaron se batalló, hasta que al final los especialistas optaron por aplicar un procedimiento para deshacer las capas y nodos de la tierra y se tuvo éxito.
Los costos de ese tipo de proyectos varían, pues depende de la profundidad y capacidad de extracción del pozo artesanal, el mantenimiento que requiere y la instalación del sistema de purificación, por lo que son al menos 800 mil pesos los que cuesta una planta con esas características.
La noria tiene una producción de 15 litros por minutos para que el agua sea apta para el consumo humano; además se instaló la planta de osmosis inversa en la cual ingresan 15 litros por minuto y purifica 6 litros en agua, los cuales se almacenan en un contenedor con una capacidad de 1,100 litros, en tanto que con el líquido de "desecho" va a dar a otro tinaco con una capacidad de 10 mil litros, el cual es utilizado para las labores domésticas.
Se aseguró que con el volumen de agua tratada que se genera en el ejido Sofía de Arriba, es suficiente para abastecer a las tres o cuatro comunidades aledañas; incluso, están en proceso otros dos modelos de abastecimiento semejantes en los ejidos San Rafael de Abajo y Santa Rita, con ellos se estaría beneficiando a al menos 12 comunidades.
