Los beneficios sobre todo si hay niños y adolescentes en casa, van más allá de aligerar la carga a la persona que normalmente tiene esta responsabilidad, además la convivencia suma mucho en la salud emocional. (ARCHIVO)
En estas vacaciones una gran actividad que podemos compartir en familia es cocinar.
Los beneficios sobre todo si hay niños y adolescentes en casa, van más allá de aligerar la carga a la persona que normalmente tiene esta responsabilidad, además la convivencia suma mucho en la salud emocional.
LA COCINA COMO TERAPIA
• Desarrollo de habilidades de planificación. Al involucrarles en la preparación de la comida, niñas y niños aprenden a planificar el futuro, a seguir instrucciones y concluir proyectos.
• Mostrarán más apertura a experimentan nuevos sabores y combinaciones de alimentos.
• Practicarán matemáticas y química, así como habilidades psicomotoras finas en los más pequeños.
• Estrechar lazos al favorecer la convivencia compartiendo una actividad.
• Aumenta el autoestima y autoconfianza, el asumir responsabilidades nuevas y concluirlas exitosamente hace que adquieran más confianza en sus capacidades y habilidades fortaleciendo con ello la valoración positiva de sí mismos.
• Mayor aprecio a la comida hecha en casa, al involucrarse en la preparación de los alimentos se desarrolla una mayor conciencia de todos los pasos que involucran comer esos platillos que disfrutamos en nuestra mesa y ayuda a reconocer el trabajo y dedicación que las personas que habitualmente la preparan realizan.
• Participación activa: los infantes o cualquier otro miembro de la familia pueden colaborar para seleccionar recetas y hacer la lista de compras. Incluso si se hacen compras en línea pueden ayudar a realizar el pedido. Al cocinar permite que niñas y niños den su opinión sobre los alimentos que están preparando, y se puede decidir qué ingredientes agregar para mejorar el sabor. Otras labores en las que también pequeños y pequeñas pueden contribuir es en poner y recoger la mesa, así como lavar platos. Es muy importante, que la asignación de los roles de cada miembro de la familia se haga considerando su edad, capacidades y gustos. Establecer turnos y roles puede ser útil.
• Transmisión de la cultura gastronómica familiar. La preparación de comidas familiares es una oportunidad para celebrar tradiciones culturales pasando recetas de generación en generación. Ayuda a que descubran recetas nuevas de temporada para agregar a su repertorio y al libro de cocina de la familia. Cocinar juntos y priorizar la salud al descubrir los beneficios y aportes nutrimentales de los diferentes ingredientes son excelentes maneras de enseñar con el ejemplo y ayudar a sus hijos e hijas a aceptar una cultura de bienestar.