¿Qué es el síndrome de Asperger?

El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo encontrado dentro de las ramificaciones del espectro autista.

De acuerdo con la confederación de Asperger de España, se manifiesta de forma diferente en cada individuo, pero todos tienen en común las dificultades para la interacción social, sobre todo con personas de su misma edad, una interpretación literal del lenguaje y su interpretación a los sentimientos y emociones ajenos es muy buena.

Este síndrome es muy amplio por lo que una de sus características es que las personas que lo padecen se concentran en un solo tema de interés, por ejemplo, si a un niño le gustan mucho los motores, todo su mundo serán estos, puede aprenderse cada una de sus partes y funciones, por su gran capacidad de absorción a la información.

• Afecta la interacción social gracias a su egocentrismo inusual y su poca preocupación por los demás y su punto de vista. 
• Su comunicación verbal es muy característica, se distingue por ser una voz extraña, monótona o con un volumen poco usual y cuenta con una dificultad para captar un significado que no sea literal.
• La comunicación no verbal es impasiva y evita mirar a los ojos directamente.
• No conoce los límites y tiene una falta de empatía y poca sensibilidad por los demás.
• Se resiste a los cambios y dispone de la ausencia de flexibilidad del pensamiento, porque posee campos de interés estrechos y absorbentes.

Cuando un niño cuenta con este trastorno en un rango leve, muchas veces no es diagnosticado y solo lo etiquetan de ser excéntrico o de poseer actitudes poco comunes.

Aunque su mundo parece ser muy pequeño, existen métodos y ayudas para lograr que se incorporen mejor en la sociedad.

Conforme van creciendo algunos de sus problemas se resolverán con mayor facilidad, pero no se irán por completo.

Es muy importante saber diferenciar entre el trastorno Autista y el Síndrome de Asperger, el primero se identifica por que el niño que lo padece tiene a menudo un poco o nada de lenguaje, mientras que el segundo de distingue por un lenguaje formalmente correcto y una capacidad cognoscitiva normal que algunas veces sobresale de los demás.