Jesús Mercado Gutiérrez de la dinastía de los hermanos Mercado, surgidos de la cantera inagotable de La Experiencia, Jalisco, quienes se caracterizaban por la potencia de su disparo, fue uno de los primeros ex futbolistas que se convirtió en árbitro profesional. Jesús dominaba el disparo de la “Hoja Seca’’, que aprendió del mundialista brasileño Waldir Pereira cuando militó en el Veracruz y “Didí’’ era jugador y entrenador de los Tiburones Rojos.
“Chuy’’ Mercado, como se le conocía cuando jugaba, debutó con el Campeonísimo Chivas en 1959, reforzó al Monterrey cuando regresó a Primera División en la temporada 1959 - 1960, militó también en el Veracruz, en los Diablos Blancos de Torreón y en el Laguna, concluyendo su carrera en el desaparecido equipo Nacional de Guadalajara.
Jesús Mercado nació el dos de abril de 1939 en La Experiencia, Jalisco. Sus hermanos mayores José y Guadalupe jugaron en Segunda División con el desaparecido equipo Anáhuac de la ciudad de Monterrey, propiedad del español Juan Fidalgo; su hermano menor Magdaleno destacó en el Atlas de Guadalajara y en la Selección Nacional en el Mundial de Inglaterra 1966.
“Chuy’’ inició su carrera profesional con el Campeonísimo Chivas como suplente del defensa lateral derecho Pedro Nuño, anotador del tanto que le dio el primer título a Chivas. Su debut con Chivas fue en la temporada 1958 - 1959 contra Necaxa en el Estadio de Ciudad Universitaria, bajo la dirección técnica de don Arpad Fékete. Ese mismo día debutó Héctor “El Chale’’ Hernández como refuerzo de lujo del Rebaño Sagrado.
Ese partido se jugó en dos días, pues se suspendió al minuto 81 por una fuerte lluvia y granizada registrada en la Ciudad de México. Al día siguiente se jugaron los nueve minutos restantes y Chivas se impuso al Necaxa por la mínima diferencia con gol del debutante Héctor Hernández. En seguida Jesús Mercado fue convocado a la Selección Nacional que participó en la eliminatoria celebrada en Perú en 1959 para clasificar a los Juegos Olímpicos de Roma 1960, en la cual participaron Argentina, Brasil, Perú, Surinam y México, siendo eliminado nuestro país.
Al regreso cuatro jugadores de ese selectivo fueron contratados como refuerzos por el Monterrey en su retorno al máximo circuito del futbol mexicano, siendo ellos Juan Manuel Álvarez, Raúl Chávez de la Rosa, Francisco “El Chueco’’ Benítez y Jesús Mercado. A ellos se sumaron cuatro jugadores peruanos: Enrique Lenci, Mario Vega, Claudio Lostaunau y Alonso Urdaniga, siendo todos ellos pilares de los Rayados en su vuelta a la Primera División.
Su estancia en los Rayados, en los que fue titular indiscutible de 1959 a 1964, en seguida militó en el Veracruz de 1964 a 1966, equipo donde fue dirigido por el brasileño Waldir Pereira, mundialmente conocido como “Didí’’. En la temporada 1966 -
1967 fue contratado por los Diablos Blancos de Torreón de Segunda División por intermedio de don Ángel Sobrino, en los que jugó al lado de los inolvidables Roberto “El Pichirilo’’ Rodríguez, José “La Caica” Zamora y Elías “La Chuleta’’ Aguilar, ya fallecidos.
Al llegar a la Comarca inició una gran amistad con Ramón Morato, recién fallecido, quien le ayudó a contratarse en la temporada 1967 - 1968 con el desaparecido equipo Laguna, precisamente en el plantel que logró el ascenso a Primera División, integrado por Rubén Villalpando, Mario “Macho’’ Cordero, Ramón “Mon’’ Romero, Pedro Salinas, Celedonio Mora, los hermanos Albino y Rodolfo Álvarez, Bulmaro Garciduéñas, Refugio “La Coyota’’ Fernández, Gerardo “Pantalones’’ Lupercio, Raúl “El Acapulco’’ Herrera y Joaquín “El Pato’’ Villarreal, entre otros.
Loa aficionados laguneros de antaño recuerdan que cuando jugó en la Ola Verde era el encargado de cobrar tiros de castigo, tiros de esquina y penales. Después de ser Campeón con el Laguna en la rama de ascenso emigró a Guadalajara para jugar con el desaparecido equipo Nacional de Segunda División, en el que se retiró finalmente en la temporada 1968 - 1969, no obstante que tenía ofrecimientos para ir a jugar a los equipos León, La Piedad y Ciudad Victoria, pero ya no quiso salir y se quedó en Guadalajara. Al retiro profesional trabajó en una embotelladora de esa ciudad y como entrenador de diferentes equipos de la Liga Bancaria Tapatía.
Su carrera de árbitro la inició en el llano y poco a poco fue avanzando, debutando como silbante profesional en Tercera División en 1973 en Uruapan, Michoacán. Un año y medio después ya dirigía partidos en Segunda División. Durante la temporada 1974 - 1975 se retiró del arbitraje de manera temporal para trabajar de preparador físico en el Atlas con el técnico Alfredo “El Pistache’’ Torres.
En la temporada 1975 - 1976 reingresó al arbitraje y debutó como silbante en Primera División en el partido Pumas contra Veracruz. De ese memorable encuentro conserva aún el balón con que se jugó. Un diario de la Ciudad de México consignó al día siguiente en su sección deportiva: “Increíble, un árbitro entre aplausos’’. Debutó a la par que los silbantes Jorge Alberto Leanza, Manuel Ceja y Juan José López. Fue árbitro en Primera División durante 11 años, de 1976 a 1987 y conservó durante varios años el récord del silbante que más partidos dirigió del Clásico Regiomontano entre Tigres y Monterrey, siendo superado posteriormente por Armando Archundia. Fue el único Nazareno mexicano que le dirigió un partido al Cosmos de Nueva York cuando visitó México para jugar contra Tigres en 1975 en el Volcán.
“Me tocó vivir muchas cosas bonitas en el arbitraje de Primera División en 11 años. Sólo un momento difícil, aquel partido entre Puebla y Cruz Azul de la temporada 1982 - 1983 en el Estadio Cuauhtémoc, en donde Miguel Marín, en ese entonces entrenador de los Cementeros, me dio un golpe en la cabeza. Por esta falta fue suspendido un año y cesado como técnico’’, relató con un tono de tristeza. Fue una situación difícil que le tocó vivir durante su carrera de árbitro, sin embargo, logró superarla.
Sergio Luis Rosas//[email protected]
¡Hasta el próximo miércoles!
