ESTE AÑO 2020 HA SIDO QUIZÁS EL PEOR DE NUESTRAS VIDAS.
Escasamente habrá quien no haya perdido en él a un ser querido, a alguien a quien conocía y apreciaba.
A nuestro alrededor han cundido los contagios; todos hemos estado sujetos a la amenaza del funesto virus.
Quienes tienen el asidero de la fe buscan en ella la esperanza, y con su luz caminan por esta oscuridad.
Quienes no creen hacen de la razón su guía para cruzar por las tinieblas.
Pasará mucho tiempo antes de que las cosas vuelvan a ser como antes fueron. La muerte seguirá campando por el mundo, y la plaga hallará nuevas maneras de atacar al hombre.
Nuestros hijos y nuestros nietos, sin embargo, volverán a ver la luz, y conocerán lo que nosotros conocimos y gozamos: el amor y la amistad, la mesa compartida, el abrazo.
La flor es frágil, pero siempre hay flores.
La criatura humana es débil, pero a lo largo de los siglos ha prevalecido sobre todas las desgracias.
¡Hasta mañana!...