Las parroquias sobreviven gracias a la donación de los fieles.
Como resultado de la contingencia y las restricciones derivadas del rojo en el Semáforo Epidemiológico los templos padecen por la falta de recursos, esto debido a que sus ingresos provienen de las donaciones que realizan los fieles.
Noé Soto, vocero de la Arquidiócesis, explica que las iglesias deben pagar servicios básicos como energía eléctrica, agua, además del pago de sueldos, reparaciones y mantenimiento de templos y parroquias. De igual manera, los sacerdotes son dependientes de las donaciones e ingresos que reciben por parte de los feligreses.
La venta de terrenos y bienes para solventar la crisis, el vocero aclara que es difícil, ya que estos no pertenecen a los párrocos o a la iglesia, y los artículos que utilizan carecen de valor comercial, solamente sirven para uso en las iglesias; por lo cual se tendrán que seguir manteniendo con la ayuda de sus fieles.
Con el aumento en los robos, las iglesias se han visto afectadas, por lo cual hace un llamado a las comunidades de cuidar y estar al pendiente.