El té de canela y naranja tiene los nutrientes necesarios para protegernos de múltiples padecimientos.
El otoño llegó al hemisferio norte y trae consigo una serie de complicaciones para la salud. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, en esta temporada aumentan los contagios por el virus de la influenza, así que debemos cuidarnos aún más, especialmente durante el contexto actual de la pandemia.
Sin embargo, no todo es malo. Esta época del año es ideal para disfrutar deliciosas bebidas calientes, como el té de canela y naranja, una preparación que tiene los nutrientes necesarios para proteger nuestro cuerpo ante múltiples padecimientos.
Aquí te decimos cuáles son los beneficios de esta infusión y cómo prepararla.
De acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, la cáscara de naranja tiene mayores concentraciones de vitamina C que el resto de la fruta. Este nutriente es esencial para el funcionamiento del sistema inmune, la absorción de hierro en los alimentos y la cicatrización, señala la Oficina de Suplementos Dietéticos.
Además de la vitamina C, la cáscara de naranja posee polifenoles. Estos compuestos antioxidantes son capaces de proteger tus células contra los radicales libres y disminuyen los riesgos de sufrir diabetes, obesidad, lupus, problemas oculares, enfermedad de Alzheimer, padecimientos cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, asegura la Universidad de Michigan.
Por su parte, la canela también tiene diversas propiedades para la salud. Un estudio publicado por Annals of Family Medicine concluyó que esta especia reduce tanto la presión arterial como los niveles de colesterol LDL (malo), colesterol total y triglicéridos en el torrente sanguíneo. En adición a esto, un artículo de Current Topics in Medicinal Chemistry determinó que la canela es una fuente natural de cumarinas. Estas sustancias previenen el estrechamiento de las arterias y la formación de coágulos, por lo cual favorecen la salud cardiaca.
De igual forma, una investigación del Journal of American College of Nutrition demostró que la canela actúa de manera similar a la insulina y retrasa la descomposición de carbohidratos en el intestino. A través de estos efectos, baja los niveles de azúcar en la sangre.
