LA MAGIA DE LOS CONGRESOS
No todo es estudio y estar encerrados en los congresos escuchando los últimos avances de la ciencia veterinaria dedicada a las pequeñas especies. Hemos tenido la oportunidad de asistir a gran cantidad de congresos dentro y fuera del país durante los cuarenta y dos años dedicados a la salud de los animales, y una de las grandes experiencias es conocer las costumbres y lugares de las diferentes ciudades anfitrionas, no se diga cuando el comité organizador "echa la casa por la ventana", se esmeran en la gastronomía y barra libre, bailes, rifas, casino, paseos, promociones de medicamentos, aparatos, libros, instrumental y todo lo relacionado con nuestra profesión. Nos llevamos una excelente impresión y regresamos el próximo año, aprovechamos la actualización de los mejores ponentes internacionales, olvidamos el estrés del trabajo, y nos deleitamos con la convivencia que nos hace transportar a la inolvidable época estudiantil. Durante el año hay excelentes congresos en que asistimos regularmente; León, México, Monterrey, Comarca Lagunera, Cancún, Puerto Vallarta, en este preferimos transportarnos en automóvil e ir disfrutando y pernoctando donde nos agrada, otras de las ventajas de ir por carretera es admirar la belleza de los pueblos mágicos, sus artesanías, pero sobre todo la riqueza de los agasajos gastronómicos.
Una de las características que nos identifica a la gente de nuestra región, es el carácter alegre y abierto, nos agrada platicar con cualquier persona desconocida. Recuerdo que en el congreso mundial de Especialistas de Pequeños animales en Granada España, en los intermedios de las conferencias, me agradaba asistir a la exposición comercial, había cientos de locales exhibiendo los últimos adelantos de tecnología del primer mundo, veíamos los importantes laboratorios de medicina veterinaria, las grandes compañías de aparatos; Resonancia magnética, anestesia, rayos x, ultrasonido, laparoscopios, instrumental, libros, etc. La mayoría quería sobresalir con sus obsequios para atraer la atención de los congresistas; Libros, vinos, otoscopios, termómetros, lámparas, medicina, alimento, sombreros, castañuelas, todos atendidos por bellas edecanes andaluzas, lo que más me llamó la atención y el local de mayor visitas era el de laboratorios Pfizer, ¡Era un minibar! tenía una pequeña barra, con sus tradicionales llaves dispensadoras donde controlaban el llenado de los tarros de una espumosa cerveza de barril, y para degustar, deliciosas piernas de jamón Ibérico, y nos atendían dos simpáticas y espigadas majas granadinas, hice amistad con tres colegas españoles que tenían una clínica en Badajoz, les agradaba escuchar las anécdotas de nuestro trabajo y sobre todo los chascarrillos, que para eso nos pintamos solos, también congeniamos con colegas brasileños, bastante alegres, había veterinarios, franceses, alemanes, japoneses, australianos, ingleses, israelitas, de todas partes del orbe. Recuerdo que en Madrid había una zona de viejos bares, "cuchilleros" donde la imaginación nos hacia trasladar cientos de años atrás por su vieja arquitectura, nos sorprendimos al escuchar la música, esperábamos el clásico flamenco y cual fue nuestro asombro que la mayoría de las canciones eran de Juan Gabriel, lo cual nos dio un gran gusto, también en la plaza mayor, hicimos varias amistades cuando cantamos acompañados de guitarras música de nuestra tierra.
Nos encontrábamos en el congreso de Granada, y le comenté al Dr. Francisco Padilla, con quien compartía la habitación, mañana me voy a Málaga, se encuentra a una hora de aquí, te gustaría acompañarme, dudando me preguntó que iba a perder las conferencias de cardiología y gastro del siguiente día, así es, le dije, salgo a las seis de la mañana para aprovechar el día, si te animas me avisas, también invité a otro colega pero no quiso perderse las pláticas. Al día siguiente estaba por salir y me dijo mi compañero, ¡Siempre si te acompaño! cursos y conferencias los hemos tenido toda la vida, España solo una vez. En la estación de transportes, al ver los letreros de los diferentes destinos de las líneas de viajes, era increíble; Francia, Portugal, Italia, Alemania, Suiza, algo a lo que no estaba acostumbrado. Estando en la playa de Málaga veíamos Marruecos, el continente africano a simple vista, y sobre todo el gran espectáculo que daban las Malagueñas que se asoleaban placenteramente sin recato alguno, fue una experiencia que disfrutamos alegremente, la hermosa arquitectura centenaria de la antigua ciudad, la plaza de toros "La Malagueta", el palacio de "Alcazaba", el "Gibralfaro", la catedral de "La Encarnación". Recuerdo muy bien ese día, fue un cuatro de octubre, onomástico de mi colega y un servidor, teníamos motivos para celebrar el día de San Francisco de Asís, patrono de los veterinarios.
Al regresar en la noche, nos fuimos directamente al baile de bienvenida que habían preparado los anfitriones del congreso, al platicar la grata experiencia del viaje al colega que prefirió las pláticas a irse de "pinta", nos dijo arrepentido. "Hubiera ido con ustedes, vimos lo de siempre", le dije, mañana vamos a la Alhambra, un hermoso palacio del siglo trece construido por los Moros, tu sabes, ¡claro que los acompaño!, pláticas y cursos habrá toda la vida. Fue así como conocimos; Toledo, Sevilla, Madrid, Málaga y Granada. No creo haber exagerado cuando platicamos nuestras vivencias al colega que perdió ese paseo, que regresó a España, precisamente a conocer la bella ciudad de Picasso y Banderas, Málaga.
Espero que mis colegas no sigan el mal ejemplo de un servidor e "irse de pinta" no asistiendo a las conferencias, pero si lo hacen para conocer España, ¡Creo que valdrá la pena!