Para 'Karmatron...' el futuro está no sólo en una nueva era de cómics en formato más grande y en línea, sino también a través de productos con su imagen y hasta una película. El cómic incluía ciencia ficción, aventura y fantasía, siguiendo temas de mitología y civilizaciones antiguas, con naves espaciales y robots gigantes. (Especial)
El artista visual Óscar González Loyo quiere hacer que el cómic mexicano renazca.
Creador de la serie de historietas "Karmatrón y los Transformables", que se publicó desde 1986 y hasta 1991 con casi 300 ejemplares (más una segunda y tercera edición), señala a principios de los 90 murió la industria nacional y quienes se dedicaban a ella tuvieron que buscar otros trabajos.
En su caso, por ejemplo, haciendo cómics de "Los Simpson" y "Los Picapiedra".
"Los dibujantes nos hemos tenido que volver editores, pero nos ha faltado la parte del recurso económico", dice.
Loyo es uno de los miembros fundadores de ¡Ka-Boom! estudio, especializado precisamente en cómics, animación y arte conceptual, entre otras. Junto a su equipo señala que están trabajando en varios títulos.
"Cuando entró la palabra cómic para distinguir entre las historietas vulgares que había que internacionalizar la palabra para que se entendiera en todo el mundo, empezamos a generar producto con más calidad, pero el problema es que en México no hay una unión, no hay disciplina ni se trabaja en equipo como en otros países. Por eso formamos nuestro estudio con varios escritores y dibujantes, y al mismo tiempo estamos luchando porque se conozca el medio de nosotros", comenta en entrevista.
Para "Karmatron..." el futuro está no sólo en una nueva era de cómics en formato más grande y en línea, sino también a través de productos con su imagen y hasta una película. El cómic incluía ciencia ficción, aventura y fantasía, siguiendo temas de mitología y civilizaciones antiguas, con naves espaciales y robots gigantes.
Además, al historietista le gustaría traer de nueva cuenta títulos como "Los Picapiedra".
"Si logramos tener ingresos uno de mis sueños es comprar derechos de 'Los Picapiedra' y hacerla nosotros aquí, pero primero lo nuestro porque estamos batallando con lo nacional para poder sacar personajes que trasciendan", explica.
"Después de los 90 murió todo, se quedaron los hijos de los editores y echaron a perder todo lo que sus papás habían creado. Empezaron a irse por lo sexual y los que nos dedicamos a los niños empezamos a buscar por otros lados tanto que tuvimos que trabajar para Estados Unidos y otros países, pero ahorita nuestra meta es ser profetas en nuestra tierra".
