Ya son, prácticamente, seis meses de confinamiento. Durante este tiempo han salido a la luz muchas áreas de mejora para nuestras vidas, desde darnos cuenta del estado de las relaciones en la familia, con los amigos y con los compañeros, ya sean del trabajo, de la escuela o del vecindario. También hemos tenido tiempo para darnos cuenta que hay aspectos para crecer y que, aprovechando la oportunidad de salir menos, podemos observarnos a nosotros mismos, nuestra propia relación y las que tenemos con los demás.
Tal vez ya nos dimos cuenta que nuestra salud, independientemente del virus de la pandemia, no es del todo buena. Algunos otros han podido mejorar sus dietas e incluso, gastado de manera distinta en sus compras de víveres.
La próxima vez que vaya al supermercado, observe cómo va llenando su carrito, seguramente ya no se ve igual que antes. Hay quienes han comprado más productos crudos para preparar sus alimentos, incluso han ampliado la variedad.
Es un buen momento para mejorar lo que tenemos en nuestras manos: lo que compramos.
En ese sentido, si cumplimos la limitante de ingresar sólo una persona por familia cuando realizamos las compras, carecemos de los influenciadores, esas personas que solían acompañarnos pero que ahora tienen que esperar afuera de la tienda; esto ha hecho que podamos apegarnos mejor la lista del mandado y que disminuyan y hasta desaparezcan, las decisiones de último momento, por el antojo de alguno de los acompañantes.
Así pues, ahora podemos hacer compras más pensadas, elecciones más inteligentes a favor del presupuesto familiar, pero sobre todo a favor de lo más preciado que tenemos: nuestra salud.
Esta es una invitación a elegir con más mesura y pertinencia eso que, no sólo nos satisfaga el apetito, sino que nos hagan bien. Alimentos enteros, sin procesar o elaborados de manera más artesanal que nos permitan conservar o mejorar nuestro estado físico y emocional.
Busquemos productos más integrales y, de preferencia, sin aditivos ni conservadores. No sabemos por cuánto tiempo más tendremos la oportunidad de pasar tiempo en casa, así que les invito a que nos lo tomemos con agrado, para aprender y mejorar, de tal modo que esto sea parte de una nueva normalidad: asumir la responsabilidad del bienestar personal y de los que dependen de uno.
