En nuestro día 94, meditamos hasta Uruguay con la terapeuta holística, Adriana Rodríguez quien nos pone a reflexionar acerca de que cuando nos aferramos mucho a una cosa, vibratoriamente emitimos una energía de carencia. Ella nos enseñó por medio de la meditación cómo dejar ir, emitir un deseo y dejar fluir la vida.
Nuestro gran invitado especial fue mi gran amigo, el neurólogo Carlos Ramírez Mejía, él es colombiano y vive en Miami, Florida, Estados Unidos.
Carlos nos compartió que de joven formó parte de la Cruz Roja y ahí descubrió su pasión por la medicina y que se dedicaría el resto de su vida a la misma.
Carlos mira al paciente como unidad y ve cuál es el origen de su enfermedad.
Nos cuenta que cuando tenemos estrés, las células se van a los tejidos y se esconden y así perdemos nuestra línea de defensa, con relajación, meditación, buen dormir, comer y control del estrés, podemos prevenirlo.
Para el insomnio nos recomienda recrear un buen ambiente para dormir, colocar luz amarilla, bajar la temperatura de la habitación. Simular lo que la naturaleza nos daba, si aprendemos a observar y a imitar a la naturaleza nos ayudara a estar en paz y en armonía.
Carlos nos cuenta que con la cuarentena se han visto afectadas las relaciones interpersonales, hay muchas parejas que se han fortalecido y otras que se han separado.
La persona con la que uno tiene que estar más contento es con uno mismo.
El ser humano cree que el tiempo es ilimitado, hasta que llega a cierta edad y se replantea que va a hacer con los años que le quedan. Vivamos la vida en experiencias, porque el tiempo es limitado.
El Dr. Carlos nos comenta sobre el bótox. La mente lee las expresiones del cuerpo y por ejemplo al colocar bótox cuando uno se ve al espejo, tiene expresiones de felicidad entonces la mente quiere coordinarlo con los sentimientos.
El ser feliz es ser simple, no va en dinero. Hay que ser positivamente pobre y positivamente rico. La pobreza no es la carencia, sino el disfrute de la vida cotidiana.
Recuerdo cuando conocí al doctor en un evento en Miami el año pasado, fue increíble, porque justo él estaba a punto de subir al escenario. Platicamos sobre la vida y se nos pasó el tiempo. Carlos reflejaba alegría, conocimiento y espontaneidad, fue increíble coincidir y convertirnos en grandes amigos.
Gracias, Carlos, por demostrarnos que el conocimiento nos ayuda a estar más conscientes y presentes para usarlo a nuestro favor.
Necesitamos lideres como tú, que nos ayuden a tener una vida de calidad, gracias también por ser una gran persona y un gran amigo.
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