El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas renovó este lunes por un año más las sanciones impuestas a Mali en 2017, en medio de la actual crisis política en el país africano, desatada por el reciente golpe de estado militar que derrocó al presidente Ibrahim Boubacar Keita el 18 de agosto. (ARCHIVO)
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas renovó este lunes por un año más las sanciones impuestas a Mali en 2017, en medio de la actual crisis política en el país africano, desatada por el reciente golpe de estado militar que derrocó al presidente Ibrahim Boubacar Keita el 18 de agosto.
Dichas sanciones, que se renuevan anualmente por estas fechas, están destinadas a castigar a quienes bloqueen el proceso de paz iniciado en el país tras la firma del acuerdo de reconciliación en 2015.
La resolución, aprobada por unanimidad, también extiende el trabajo del Comité de Sanciones dedicado a analizar la situación en el país.
El Consejo de Seguridad "reafirma que estas medidas deben aplicarse a individuos y entidades designados por el Comité de Sanciones establecido mediante la resolución 2347 de 2017". Las sanciones incluyen la prohibición de viaje y el congelamiento de activos de "quienes obstaculizan el progreso en la implementación del Acuerdo de Paz y Reconciliación en Mali".
Sin embargo, la resolución no nombra a ninguna persona o institución relacionadas con la reciente asonada militar, cuyos líderes han constituido el denominado Comité Nacional para la Salvación del Pueblo (CNSP), que gobierna de facto el país.
La Comunidad de Estados de África del Oeste (CEDEAO) exigió el pasado viernes a los líderes del golpe de Estado en Mali que acepten un Gobierno de transición dirigido por civiles durante un año, al término del cual debería restaurarse la democracia.
Todas las fronteras con Mali de los países de la Comunidad se mantienen cerradas y se ha suspendido a esa nación de todos los organismos de decisión de la CEDEAO hasta que se restablezca el orden constitucional, medida adoptada también por la Unión Africana.
