En nuestro día 85, meditamos con nuestra querida Mercedes Guzmán hasta Atlanta, recordando que la respiración, las afirmaciones y los mantras, nos llevan a activar el sistema parasimpático en el cuerpo y este sistema produce hormonas que nos llevan a sentirnos bien.
Nuestro invitado fue mi gran amigo Marco Tulio Ortega Romero, venezolano que reside en México y labora como coach ejecutivo organizacional y de vida.
Marco nos compartió parte de su historia y el porqué decidió dedicarse a ayudar a las personas. Cuando era niño vivía en una situación difícil, ya que su padre estaba en una situación económica complicada y era muy violento. Aquella situación dio como resultado un Marco con miedo, era una persona tosca que hablaba poco, y su madre era muy buena, pero también muy sumisa.
En el año 2005, Marco cambió su vida. Fue a un curso de milagros y conoció la práctica del perdón y así, él pudo aplicarlo con su papá. Marco nos cuenta que a partir de este momento un mundo de posibilidades se le abrió y empezó a conocer y a entender a su padre, de verdad.
Es por esto que decidió estudiar coaching, donde encontró su pasión, el ayudar a las personas, servir y lograr que la gente se conecte con su mayor posibilidad. Nos dice que hay que respetar mucho el proceso de cada uno. Cuando la gente está lista es cuando aparece el coach para ayudarlo y acompañarlo.
En el coaching hay que trabajar en que las personas se hagan responsables de cómo son y de sus acciones; ayuda a cuestionar la vida y ver que es lo que la persona quiere.
Marco nos comparte los siguientes consejos: tenemos que estar consciente de quienes somos, que queremos, también nos dice que nos convertimos en lo que escuchamos, en las cinco personas que nos rodean y en lo que vemos en la televisión.
Es importante empezar a desaprender todo lo que hemos aprendido. Hay un ciclo del aprendizaje, lo que yo sé que no sé. Ahí empieza un proceso de repetición continuo.
La clave es la repetición para generar un cambio y relevar el observador. Cuando tienes control de tu propia mente, empiezas a callar el ego.
Gracias, Marco, por aparecer así, de repente, con tu energía, con tu habilidad para leer y ayudar a las personas. Es increíble que en tan poco tiempo y a la distancia me ayudes a hacer introspección y a cuestionarme para evolucionar. Gracias por compartirme tu don de manera desinteresada, es un honor que seas parte de mi vida.
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