Cultura

Discos Beto

Un tesoro sonoro entre discos de acetato

Discos Beto lleva 50 años ofreciendo música y recuerdos a los laguneros

DANIELA CERVANTES

Sobre la avenida Morelos entre la calle Múzquiz y Ramos Arizpe se alberga un local que se especializa en el mercado de la nostalgia. Con un verde pintoresco en su fachada de la que cuelga un moño de luto, Discos Beto, aún llora la ausencia de su fundador, un melómano que lideró el negocio por 40 años y que logró posicionar cinco locales en la región.

Al comercio de la avenida Morelos no llegó el olvido y ahora, es Lucy Andrade Rosales, sobrina de don Beto, la que busca que los vinilos, que atesoró su tío en vida, revivan en las consolas de los laguneros.

El lugar llama la atención a la vista. Dos estantes llenos de casetes custodian el acceso de los que entran en busca de un recuerdo sonoro y de melodías con tintes del pasado. Lucha Reyes, Antonio Aguilar, Javier Solís, José Alfredo Jiménez, son algunas voces de la ranchera mexicana que se asoman entre los primeros estantes, luego, la portada de Chuck Anderson está lista para seducir a los amantes de la música de orquesta, por esos lados también descansan vinilos de Jorge Negrete, Rigo Tovar, Mocedades y Elvis. The Police, Rolling Stones, Beegees y The Beatles, encontraron lugar en la repisa de los sofisticados que marcan un precio más alto que el promedio, debido a que se venden como colección.

Por allá también se pueden ver más casetes, CD, películas en DVD y póster que contienen imágenes del cine de oro de México. No hay mucho orden, pero eso lo aclaró Lucy, quién dijo que ella junto con Juan Reyes, trabajan puntual en una reestructuración total del lugar. Compartió que apenas lleva un mes al frente de esta misión musical, y además confesó que se está familiarizando con el material que tenía su tío, que a ojo calculó se trata de cerca de 20 mil vinilos, esto sin contar los que se encuentran todavía en la casa de don Beto.

Y es que es ella misma quién lo recuerda como un eterno enamorado de la música. Manifestó que desde pequeño mostró dotes. "Don Beto desde chico fue un prodigio. Como a los tres años empezó su gusto por la música. A mis abuelos les hacían bailes, a mis tías y el teniendo tres, ni siquiera sabía leer pero por el color de los discos o por las letras de los vinilos sabía que canciones eran".

Luego, al crecer, relató Lucy, su tío llegó a transportarse hasta Colombia y a Estados Unidos en busca de nuevos sonidos. De aquellos lares se cargaba con pacas de música y luego se retornaba para hacerla sonar en su tierra. Recordó que a don Beto no se le escapaba una voz, contaba con una memoria privilegiada que impresionaba a los clientes que llegaban entusiasmados pero sin el título de la canción que deseaban escuchar dentro de un vinilo, por lo que estos se la tarareaban y el comerciante de la música se las identificaba y ubicaba dentro del listado de un disco de acetato, que sin remedio era adjudicado por el comprador.

Lucy está segura que la constancia de su tío fue base de la permanencia de su negocio, al que, dijo, todavía acuden preguntando por su fundador "aún hay gente que me pregunta por él. Mucha gente no se ha enterado de que lamentablemente falleció [...] era una persona muy inteligente. Estoy muy orgullosa de él y de todos sus logros, que fueron bastantes".

OTRA ETAPA

Andrade Rosales sabe que tiene un reto, pues ahora está frente al legado de su tío, un hombre que le confío su tesoro sonoro y que seguramente desea que la venta y la escucha del disco de acetato se reavive. Es por eso que en lo primero que trabajan es en la imagen del espacio. Después de pintar las paredes, lo que sigue es acomodar los vinilos por orden alfabético y en el proceso, dijo Lucy, conocer realmente con lo que se cuenta. "Ahorita estamos reorganizando, acomodando por analfabeto, porque la verdad hay mucha música que nosotros no conocemos, gracias a la ayuda del internet es como nos hemos estado acoplando un poquito".

En ese tenor, la actual propietaria informó que próximamente Discos Beto contará con redes sociales para compartir todos los materiales que habitan en el lugar, que en su mayoría poseen un gran valor histórico, pero sobretodo, nostálgico.

Sobré la cuestión del por qué es importante para ella Discos Beto, Lucy expresó que "para mí es muy importante este lugar porque era su mundo en el que me involucró desde niña". Y ahora, será ella la que habitará ese mundo en la firme encomienda de que el disco de acetato no muera.

Compromiso. Desde hace un mes Lucy Andrade tomó las riendas de un negocio en el que su tío, gracias a su conocimiento musical, dejó un gran legado.

Compromiso. Desde hace un mes Lucy Andrade tomó las riendas de un negocio en el que su tío, gracias a su conocimiento musical, dejó un gran legado.

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Escrito en: Discos Beto Lucy Andrade Rosales

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