Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, sabe que el coronavirus puede seguir alterando los planes en el futbol mundial. (AP)
Apenas después de entregar la Copa de Europa, con un retraso de tres meses, el presidente de la UEFA Aleksander Ceferin veía con recelo cómo la nueva temporada ya era afectada por casos de coronavirus.
La temporada debe culminar con la Eurocopa en junio y julio de 2021. Pero ese debió ser el punto final del último curso antes que la pandemia obligase a la UEFA que pospusiera en marzo su torneo de selecciones que se disputa cada cuatro años.
Sin vacuna, y una impredecible pandemia, la Euro es un torneo con una compleja lógista y su próxima edición lo será más al disputarse en 12 ciudades en toda Europa. Las semifinales y la final se jugarán en el estadio Wembley de Londres.
"De momento, todos están confirmados y seguimos con nuestro plan de jugar en 12 países", dijo Ceferin en una entrevista. "Pero en febrero, no sabíamos que la Euro no se podría jugar este año. Estamos preparados para adaptarnos a todo tipo de situación".
"De momento, parece que mantendremos el mismo formato con los 12 países y tengo la confianza que lo podremos hacer el año próximo", añadió.
La posposición de la Euro 2020 ya le costó 100 millones de euros a la UEFA, según un estimado de Ceferin. El impacto financiero será más fuerte si se produce otro ajuste de fechas.
"Tendremos que evaluar la situación cuando finalmente tengamos una vacuna y las cosas vuelvan a la normalidad, de momento, no sabemos cuándo sucederá eso.... y cuando la situación regresará a la normalidad", dijo Ceferin.