Algunos de los papeles más icónicos de Robert de Niro en el cine por su cumpleaños 77. (ESPECIAL)
Robert De Niro está de manteles largos, pues el reconocido actor celebra este lunes sus 77 años con una carrera en Hollywood afianzada ya que es uno de los histriones con más talento de la última mitad de siglo y prueba de ello, son algunos de los papeles que ha interpretado en la pantalla que han quedado en la memoria colectiva debido a su gran capacidad histriónica frente a la cámara.
Aquí te enlistamos algunos de los papeles más icónicos de Robert de Niro en el cine.
“Travis Bickle” (Taxi Driver, 1976)
Es considerada una obra maestra de Martin Scorsese y Robert De Niro. Taxi Driver se centra en la vida de “Travis Bickle” (De Niro), un solitario hombre que ante su insomnio crónico comienza a trabajar como taxista y se convierte en una especie de héroe.
Su interpretación le valió una nominación al Oscar, no obstante, el premio se lo arrebató Peter Finch por Network.
“Vito Corleone” (El padrino 2, 1974)
En esta segunda entrega, De Niro interpreta al joven “Vito Corleone” y muestra su ascenso al poder en la mafia.
“Jimmy Conway” (Buenos muchachos, 1990)
Es el año de 1955 y “Henry Hill”, un estudiante de preparatoria vive idealizando a los mafiosos que operan en su vecindario cerca de la ciudad de Nueva York. Su sueño es convertirse en uno de ellos. Por eso cuando "Paul 'Paulie' Cicero" le empieza a hacer encargos se esfuerza por cumplirlos al pie de la letra y empieza a convivir con “Jimmy Conway” y “Tommy DeVito”, los otros integrantes de la banda. Conforme pasa el tiempo, "Henry" comienza a hacer trabajos más elaborados y a delinquir.
"Jake La Motta" (Toro salvaje, 1980)
Cuatro películas tuvieron que pasar para que Scorsese le consiguiera un Oscar a De Niro.
En esta película interpreta a “Jake la Motta”, un joven boxeador que se entrena duramente con la ayuda de su hermano y mánager "Joey". Su sueño es convertirse en el campeón de los pesos medios.
“Max Cady” (El cabo del miedo, 1991)
El trabajo de Robert le valió, una vez más, una nominación al Oscar, que se terminó llevando Anthony Hopkins por El silencio de los corderos.
