El arquero del Sevilla, Yassine Bounou, tuvo una gran actuación en el partido de ayer frente al Manchester United. (AP)
Yassine Bounou. El héroe de la Europa League. Sujetó al Sevilla en los momentos críticos. Detuvo el bombardeo de Rashford, de Martial y de la segunda línea del United con Bruno Fernandes.
Bounou es el ejemplo de cómo un portero suplente teórico sabe esperar su momento. Vaclik ha sido indiscutible todo el año. Pero en esta fase final en Alemania, el Sevilla ha vivido en gran medida de los reflejos de Bounou.
El uno contra uno fue su acción favorita. Su agilidad de brazos de portero de balonmano, sus recursos de futbol sala, Bounou agotó la paciencia de Stones y de Bruno Fernandes, líderes de un United que pareció resucitar del letargo de los últimos años.
Bounou está cedido en el Sevilla por el Girona. Es un producto de captación del Atlético de Madrid. Cedido en Zaragoza, luego traspasado al Girona, ahora el Sevilla como es lógico negocia ya estos días su continuidad en Nervión.
El Girona espera su playoff. Si sube a Primera División lo quiere de nuevo. Y por supuesto su precio de mercado ha cambiado tras su Europa League de ensueño.
Paró un penalti a Raúl Jiménez en cuartos. Hoy adivinó la dirección a Bruno pero su violencia en el golpeo era imposible de detener.
Julen Lopetegui fue portero. Es una demarcación que maneja con criterio. Julen ha sabido mantener la ilusión en Bounou. Y el chico marroquí nacido en Montreal le ha devuelto la confianza con un partido memorable.
