DICHOS DE SOR JUANA
Es fuerza
que si la prudencia manda
la felicidad suceda
En el mundo de la literatura el más grande prudente de los protagonistas es el de la Odisea. Durante el curso de la grandiosa narración el héroe Odiseo lleva el epíteto homérico de "el prudente". Y es en la literatura clásica griega donde la imprudencia empujada por la pasión provoca la tragedia de los personajes. De modo que si la imprudencia provoca la infelicidad, la prudencia convocará lo contrario y los prudentes serán receptores de la felicidad, como dice Sor Juana en los versos que anteceden a estas líneas.
La Décima Musa, en la tercera oda de las varias que escribió, una para cada cumpleaños del rey Carlos, en uno de los parlamentos del personaje-alegoría de la felicidad, obviamente así llamado, Felicidad, lo hace recitar la sentencia de que "es fuerza / que si la prudencia manda / la felicidad suceda". En las palabras de La Americana Fénix resuena la verdad, aunque debe también considerarse que va en el excipiente de la hipérbole, porque conviene ser prudente aun cuando no se busque la felicidad. La prudencia lleva a diversas satisfacciones.
Sin embargo, en todo el contexto en el que aparece la sentencia de la Décima Musa tres causas determinan el uso de la hipérbole: uno, se trata de una loa; dos una loa es, digamos, teatro poético; tres, su destino es festejar a un rey. Por ello, entonces, aparecen términos absolutistas como "es fuerza" y "felicidad". Así se explica que la consecuencia de obedecer a la prudencia sea la felicidad. La hipérbole campea por esos motivos. De todos modos, en la vida cotidiana conviene recordar que Sor Juana dice: "es fuerza / que si la prudencia manda / la felicidad suceda".