Teniendo como objetivo vigilar la aplicación efectiva de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, del año 1987, y a recomendación del Consejo Económico y Social, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 12 de diciembre del año 1997, el Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, a observarse cada 26 de junio desde el año 1998, según refiere la propia página de la ONU.
Desde sus comienzos, Naciones Unidas ha condenado la práctica de la tortura, al considerarla como uno de "los actos más aborrecibles que los seres humanos cometen contra sus semejantes".
Con la observancia de este día, la organización busca avanzar hacia un mundo libre de tortura y tratos inhumanos.
La tortura es considerada un crimen internacional y está estrictamente prohibida e injustificada en todos los instrumentos internacionales.
Naciones Unidas insta a los estados miembros a vigilar la observancia de estos instrumentos y diseñar, ellos mismos, políticas en contra de estos tratos.