En el último incendio registrado en marzo de este año se quemaron cerca de diez hectáreas con basura de todo tipo.
El relleno sanitario de Gómez Palacio es básicamente un tiradero municipal a cielo abierto y opera en condiciones insalubres, incumpliendo además con la normativa en materia de disposición de residuos.
"Es peor que un chiquero", dijo Manuel Reyes, vecino del ejido La Borrega, donde se ubica el tiradero y una endeble malla ciclónica no es suficiente para evitar que gran parte de la basura se salga hacia la carretera, también en pésimas condiciones, y llegue hasta las casas y otras propiedades que están del otro lado del canal de riego.
La basura incluso también llega a toda la vegetación de la zona y a los árboles y arbustos. Todos llenos de bolsas de plástico, pañales y demás.
También hay muchos plásticos de color azul, de los que usan en los hospitales, en los alrededores y fuera del tiradero, zona donde una máquina remueve los desechos.
Afuera del lugar incluso hay animales muertos en descomposición, como víboras rebosantes de moscas y gusanos, situación de la que El Siglo tomó evidencias fotográficas.
Este tiradero municipal se ubica sobre una superficie de 42 hectáreas. En el relleno sanitario hay cerros de basura visibles a lo lejos, razón por la cual en este año ha sido fácil la propagación de dos incendios. Este lugar es la zona de mayor disposición final de residuos pues se entrega al servicio público de recolección el 84 % del total de la basura, según datos oficilaes del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
En el último incendio registrado en marzo de este año se quemaron cerca de diez hectáreas con basura de todo tipo.
Desde el inicio de su gestión, la alcaldesa Marina Vitela habló de la posibilidad de revocar la concesión del relleno sanitario. El contrato cuenta con el aval del Congreso del Estado de Durango. Hasta el momento no se ha revocado. No obstante, el Ayuntamiento, ante la ley y de acuerdo a la Constitución estatal, es responsable de la limpia, recolección, traslado, tratamiento y disposición final de residuos.
En este caso, el Ayuntamiento también tiene la facultad de poder vigilar el servicio concesionado y evitar afectaciones a zonas aledañas por tanta basura regada fuera del tiradero municipal.
