El negocio fundado por Salvador Figuerola Rubí se encuentra ubicado desde hace seis décadas en el Centro de Torreón. (PRIMITIVO GONZÁLEZ)
Con 60 años laborando en esta ciudad, se ha vuelto toda una tradición la joyería y relojería Figuerola, que ha logrado sobrevivir a distintas crisis económicas, incluyendo la actual por la contingencia sanitaria, que les ha golpeado muy fuerte.
Enrique y José Figuerola Rodríguez, de 56 y 57 años, cuentan que el negocio lo comenzó su abuelo Salvador Figuerola Rubí, allá por 1960 en el mercado Villa. Luego se cambiaron a la avenida Juárez, frente al mercado Juárez en 1994 y unos años más tarde se fueron a un local del exterior de dicho mercado, donde todavía mantienen operando el establecimiento.
Recuerdan que varios años fueron de bonanza económica en la Región Lagunera y ellos vendían muchos anillos de graduación, cada año tenían bastantes pedidos y mucho trabajo, además de la venta y reparación de relojes, grabados en copas de cristal y venta de joyería diversa.
La situación económica vino a menos por las crisis que se registraron, hubo menos trabajo y la bonanza se acabó, el oro y demás metales encarecieron mucho, pero siguieron manteniendo su trabajo, ya que era lo único a lo que se dedicaban y han logrado mantenerse, aunque con condiciones económicas muy inferiores en la actualidad.
Ya son muy pocos los grupos de egresados de las escuelas que piden anillos de graduación, de hecho ya casi no se usa por lo mismo; están caros y la gente ya no puede comprarlos.
Enrique y José se iniciaron en el arte de la joyería desde adolescentes y continúan hasta la fecha en su establecimiento localizado por la avenida Juárez, entre las calles Acuña y Blanco.
Esta última crisis provocada por el COVID-19, dicen, les ha afectado muy fuerte, pues el trabajo disminuyó mucho y aunque siguen abriendo al público, poca gente acude a solicitar sus servicios de relojeros y joyeros.
"Sí nos pegó bastante, pero aquí seguimos trabajando y tratando de sacar adelante este negocio familiar", dice Enrique.