Todos conocemos a alguien que es amante de las emociones fuertes; aquél o aquella que es adicto a la adrenalina, porque practica deportes extremos, se sube a las montañas rusas y brinca desde un avión con un paracaídas, todo como si anduviera paseando por el parque… ¡pan comido!
Esas son las emociones fuertes, pero en realidad todos tenemos emociones, que pueden ser buenas o malas. ¿Qué película quieres ver? le pregunta el marido a su esposa y ella le contesta: ¡pues una película emocionante! Y sí, hay muchas películas (podríamos decir que la mayoría que se hacen ahora) que están enfocadas en emocionar al público, por eso tienen muchas escenas de acción, explosiones, efectos especiales… ¡cosas que te emocionen! De hecho, el género de este tipo de películas, en inglés, se llama thriller que literalmente se traduce como “emoción”.
En español definimos a la emoción como una alteración del ánimo que es intensa y pasajera, al menos eso dice el diccionario de la Real Academia Española. La raíz de la palabra viene del latín emotio y seguramente usted ya lo dedujo: sí tiene que ver con motio que es movimiento, y la e de prefijo indica “hacia afuera”. O sea que la emoción es algo que te mueve o te saca de tu estado normal, de la manera en que te sientes o comportas habitualmente.
Pero los expertos estudiosos del tema de las emociones no están muy de acuerdo con la anterior definición y dicen: ¡noooo! Ellos afirman que las emociones son mucho más que una alteración pasajera, porque hay emociones buenas y malas que se quedan en nosotros por muchísimo tiempo.
Ya que andamos en este tema de las emociones, es notable una tendencia a querer sentir solamente emociones positivas, como si fuera algo que dependiera solamente de una decisión. Pues otra vez, los expertos dicen: ¡nooo! Eso se llama falsa positividad y la podemos detectar por todos lados. Para poder vivir bien, apegados a nuestras emociones, es indispensable que aceptemos a las emociones consideradas negativas y que no nos avergoncemos de tenerlas.
Hay que entender a las emociones porque somos seres humanos, y las sentimos en todo momento… de las buenas y de las malas. ¡Nada más los muertos no tienen emociones! Lo que yo puedo recomendarle, según lo que he investigado al respecto, es que aprenda a identificar sus emociones y defínalas lo más exacto que pueda; si son emociones negativas, no se apresure a esconderlas, negarlas o a cambiarlas por otras positivas. Acéptelas y analícelas para conocer su origen. Porque las emociones nos brindan información sobre aquellas cosas que son importantes para nosotros, pero nunca deben definir lo que somos; no somos siempre enojones, estresados… o siempre positivos. Lo siento, pero es mentira que exista gente que siempre esté feliz; es humanamente imposible.
Y bueno, ya me emocioné con el tema, pero ahora es momento de despedirme de usted, mi querido lector. Hasta luego.
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ME PREGUNTA: María Navarro: “Escuché a un doctor la palabra tucígeno, pero nunca dijo su significado. ¿Qué es?”
LE RESPONDO: Tusígeno se escribe con ese y se refiere a algo que produce tos.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Cualquier emoción se puede disfrutar… incluso las emociones negativas.