Al menos 120 manifestantes prodemocracia fueron arrestados tras las masivas protestas. (EFE)
En unas escenas de violencia que no se veían desde hace meses, la policía china arremetió ayer contra los miles de manifestantes que salieron a las calles en Hong Kong para protestar contra el proyecto de ley de "seguridad nacional" promovido por Beijing, al que muchos ven como el fin de la libertad en la excolonia británica.
En respuesta a la represión policial, algunos manifestantes lanzaron proyectiles contra las fuerzas del orden, erigieron barricadas improvisadas y utilizaron sombrillas para protegerse de los gases lacrimógenos y los cañones de agua.
La policía de Hong Kong anunció 120 detenciones.
El coronavirus había ahogado en los últimos meses las manifestaciones que se desataron en la región semiautónoma en el segundo semestre del pasado año.
Pero el proyecto de ley que el régimen comunista presentó el pasado viernes en el Parlamento chino para prohibir la "traición, la secesión, la sedición y la subversión" en Hong Kong, ha vuelto a activar al movimiento prodemocracia.
La ley de seguridad en Hong Kong debe aplicarse "sin demora", advirtió el domingo en rueda de prensa el canciller chino Wang Yi.
El movimiento prodemocracia multiplicó los llamados para denunciar esta maniobra de Beijing sobre un asunto que suscita desde hace años la oposición de los hongkoneses.
Miles de habitantes salieron a las calles en varios barrios de la isla pese a la prohibición de manifestarse, coreando eslóganes contra el gobierno.
"La gente podrá ser perseguida por lo que dice o escribe contra el gobierno", denunció Vincent, un manifestante de 25 años, en referencia al proyecto de ley de Beijing.
"Los hongkoneses están enojados porque no esperábamos que llegara tan rápido y tan brutalmente".
"Pero no somos bobos. Las cosas no van a hacer más que empeorar".
Cuando los manifestantes se dirigían desde Causeway Bay al barrio vecino de Wanchai, la policía cargó con gases lacrimógenos y gas pimienta, con ayuda de cañones de agua, según periodistas de la AFP.
La excolonia británica vivió entre junio y diciembre su peor crisis política desde la devolución a Beijing en 1997, con manifestaciones prácticamente diarias, a veces violentas.