La nadadora Liliana Ibáñez expresó que lo que más extraña es poder regresar a la pileta para recuperar su nivel y así pensar en los siguientes Juegos Olímpicos, debido a que ha estado ausente durante un largo periodo. (CORTESÍA)
La nadadora Liliana Ibáñez expresó que lo que más extraña es poder regresar a la pileta para recuperar su nivel y así pensar en los siguientes Juegos Olímpicos, debido a que ha estado ausente durante un largo periodo.
“Ya son dos años de ausencia. No saben cómo me hace falta ponerme el traje de baño y los goggles. La falta de actividad es realmente lo que me preocupa en este momento”, dijo.
La multimedallista centroamericana en Barranquilla 2018 sostuvo que a pesar de cumplir con los procesos de entrenamiento a distancia por el confinamiento del COVID-19, ha sido un poco complicado porque lo que se requiere es trabajar en la piscina.
La atleta guanajuatense superó con éxito la operación en el hombro que la mantuvo en reposo y con la guía del nuevo entrenador estadounidense Brett Hawke, ha comenzado a trabajar las pruebas de 50 y 100 metros estilo libre en donde espera dar las marcas olímpicas.
“Creo que la que más trabajo me va a costar es la de 50 metros porque le bajaron medio segundo y eso es una vida. Confío mucho en Brett y creo que, como especialista en velocidad, sabrá plantear la estrategia correcta”, expuso.
La nadadora, que es considera la mejor en las pruebas de velocidad, sostuvo que la experiencia juega un papel importante para conseguir los objetivos y si logra llegar a justa veraniega del 2021, será una meta relevante.
“Es muy complicado que como novato llegues a unos juegos y ganes una medalla, creo que haber competido en unos Olímpicos te da cierta ventaja”, consideró.