Una manera de podernos definir es conociendo el pasado de la humanidad. Algunos se sienten orgullosos de su nación; otros, por el contrario, intentan ocultar sus antecedentes raciales o religiosos. La mayoría ni se lo pregunta, simplemente son lo que les dicen que son y nunca resuelven si en ese ser hay características que valgan la pena o que tengan que eliminar. Los listos juegan con la información y de repente hacen juicios falsos, por ser parciales, logrando con ello que el orgullo se pierda para poder implantar otras formas de ser y de pensar.
Cuando intenté definirme quien era culturalmente, hubo un libro que me abrió la mente: la raza cósmica, de Vasconcelos. En ese libro se intenta demostrar que en realidad, en nosotros los latinoamericanos se concentran todas las razas y heredamos de todas las culturas: Europa, Asia y África, se dieron cita en américa. Falta Oceanía y con seguridad también de este continente tendremos alguna influencia.
Si sabemos historia, al pensar en España nos damos cuenta de que no solamente fueron parte del imperio Romano sino que también los había conquistado, con anterioridad, Cartago. Posteriormente, los visigodos, que venían del norte europeo, se apoderaron de la península y un tiempo después, entraron los musulmanes. Los judíos fueron parte importante de la construcción de España. En cuanto a la religión, las tres, monoteístas convivieron por siglos luchando entre sí para lograr la supremacía; tampoco se puede negar que entre ellos mismos había rencillas y que la unidad no se pudo dar hasta los reyes católicos quienes decidieron expulsar a musulmanes y judíos de lo que comenzaba a ser España que antes no era.
Nuestro lado indígena no se queda atrás y en muchas cosas es parecido el proceso. Una cultura fuerte que se adueña de una gran región; Mesoamérica. Primero Teotihuacán y después los toltecas que van a influir hasta en el imperio maya. Chichen itza es una muestra. Posteriormente, cuando estos imperios decaen , como sucedió con los romanos, nuevas tribus provenientes del norte irrumpen y se apoderan de los territorios; en este caso los aztecas, quienes heredan los lineamentos culturales de las culturas anteriores, como lo hicieron los visigodos que primero profesaron el arrianismo y luego el catolicismo, y lo volvieron propio. Los aztecas, al vencer a Azcapotzalco se convirtieron en el gran imperio que conocieron los españoles y señorearon en toda la región.
La historia nos enseña que en todas partes hubo pueblos que quisieron ser un día y se atrevieron a serlo. Muchas veces, no se los queremos reconocer. El caso de los Vikingos queda como una historia mítica; son el antecedente de los normandos de donde salió la familia de los reyes Plantagenet a la cual pertenece Ricardo Corazón de León. Pero también, los vikingos son el antecedente del imperio ruso y de otros pueblos europeos. Eran los chicos malos de aquella época.
La historia de la civilización está compuesta a base de luchas. Los grandes errores es la desunión. La fortaleza, la unión con una cabeza inteligente y fuerte. Francia tuvo una vida azarosa porque sus gobernantes, desde Carlo Magno, repartían la herencia entre sus hijos y después entre ellos mismos se peleaban y se mataban para apoderarse de lo que no habían heredado. Llegaron a ser reinos fuertes, al lograr la unidad. Lo mismo que le pasó a España con Fernando e Isabel.
En el caso de los aztecas, sus conquistas no fueron del todo totales. De tiempo en tiempo, los pueblos subyugados se revelaban por el trato que les daban los comerciantes y había que volver a mandar a los ejércitos para reducirlos al orden. Los Tlaxcaltecas eran uno de estos pueblos que cercanos a la capital del imperio, eran tratados como el rebaño que necesitaban para satisfacer el hambre de sus dioses. Participaban en las guerras floridas de donde se obtenían las víctimas para el sacrificio y la relación entre ambos era de servilismo. Cuando Xicoténcatl el viejo decide aliarse a Cortés, puede haberse debido que era una forma de liberarse del imperio. Pregunto: ¿En dónde está la traición? Muchos los llaman traidores. Además, la alianza entre españoles y tlaxcaltecas perduró en la colonia. Los trajo a San Luis y luego a Saltillo, a parras y a Viesca. En Saltillo hay una calle con este nombre y para mí se debe al viejo y no al joven; que desertó y se opuso a la alianza y muy pronto perdió la vida.
Muchas veces preferimos historias bonitas. Serán mínimas las verdaderas. La historia la hacen los hombres y no los santos. Les recomiendo el programa en YouTube: "pero esa es otra historia".