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Contexto lagunero

Reabrir la economía sin tener suficiente capacidad de pruebas

JUAN MANUEL GONZÁLEZ

El gran dilema en nuestro país es cómo reabrir la economía si la cantidad de pruebas de coronavirus seguirá siendo insuficiente por varios meses más. Si el cierre de empresas y negocios, así como las restricciones de sana distancia se interrumpe antes de lo debido, el riesgo de que resurja el virus es muy alto. Aquí comento una estrategia de corto plazo, sostenible también en el largo plazo, suministrando suficientes cubrebocas de alta filtración a toda la población y siendo muy rigurosos en cuanto a mantener la sana distancia y las medidas de higiene recomendadas. Lo anterior, como es obvio, requiere de la participación de todos siendo disciplinados y sistemáticos.

La pandemia no está afectando a todos los países por igual. China fue el primer país en infectarse y fueron capaces de implementar un muy riguroso plan de aislamiento y muchísimas pruebas de coronavirus para detener su propagación. Los países con más altos estándares de salud y que tuvieron gente de todas partes del mundo entrando y saliendo, fueron los siguientes afectados. Los países que reaccionaron muy rápido para hacer muchísimas pruebas y mantener sana distancia, evitaron contagios a gran escala. Las ventajas de tomar estas acciones a tiempo permitieron a estos países no detener sus economías como otros. La capacidad de hacer pruebas explica muy bien estos resultados. No se puede derrotar al enemigo si no se conoce su ubicación, por lo que las pruebas extensivas son críticas para mantener el virus bajo control y empezar a abrir las actividades económicas.

Dada la limitada capacidad de pruebas que se pueden hacer en los siguientes meses, lo más probable es que no seamos capaces de detectar y aislar a las personas infectadas para controlar el virus sin cierres o estrictas medidas para evitar contacto con otras personas.

Una vez que los casos de contagio declinen por varias semanas, podemos empezar a facilitar la distancia social si mantenemos medidas de protección que, combinadas con incrementos modestos en la capacidad de pruebas, serían suficientes para detener los contagios. Las medidas de protección social se toman para evitar la transmisión del virus, incluyendo los contagios asintomáticos y presintomáticos; estas medidas permitirán a la gente acudir a su trabajo y realizar actividades normales.

Este plan se basa en tres medidas:

1. Que todas las personas usen mascarillas protectoras.

2. Producción en masa de mascarillas de protección adecuadas -más eficientes que las que usa la mayor parte de la población-, y su distribución en masa.

3. Asegurar la implementación rigurosa de la sana distancia e higiene en las oficinas y otros lugares de trabajo, así como también en áreas públicas, refugios de indigentes y migrantes y en todos los hogares.

En ausencia de pruebas suficientes, la protección social es la única forma de detener la transmisión lo suficiente como para reiniciar las actividades sin el riesgo de tener que cerrar de nuevo.

Propagación invisible. Entre el 25% y el 80% de las personas infectadas no presentan síntomas y pueden infectar a otros. Aun las personas que desarrollan síntomas serios pueden ser más infecciosos uno o dos días antes de que se manifiesten los síntomas y quienes están a su alrededor no se pueden percatar de ello.

Mascarillas de alta filtración. El COVID-19 se transmite principalmente por el aire, si bloqueamos la transmisión respiratoria, seremos capaces de controlar al virus. Las mascarillas de alta filtración que se usan en cirugía son más fáciles de usar que las N95 y son un factor clave para detener el contagio. Desafortunadamente, la tela de las mascarillas que usa la gente varía en su capacidad de protección, pero por lo general son 50% efectivas contra la transmisión viral, pero muchas de ellas no llegan al 20% o menos de capacidad de protección. Un estudio reciente - Aerosol Filtration Efficiency of Common Fabrics Used in Respiratory Cloth Masks- sugiere la combinación de algodón con otros materiales disponibles como seda, chifón o franela para lograr niveles de filtración similares a las mascarillas de alta filtración.

Sana distancia. Aunque se regrese a las actividades normales, debemos mantener las reuniones públicas bajo control, limitar el número de pasajeros en los medios de transporte y los lugares de trabajo. Las actividades laborales se deberán reorganizar para evitar el acumulamiento de personas. Los restaurantes y tiendas de ventas al detalle deben espaciar a los clientes y sanitizar sus establecimientos y asegurar ventilación adecuada.

Higiene. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Sídney, realizado con estudiantes de medicina, los muchachos se tocaron la cara en promedio 23 veces por hora. Aunque los hábitos son difíciles de cambiar, el tocarse la cara se puede minimizar si usamos guantes desechables de hule al salir a comprar la despensa u otras cosas.

Aislamiento en casa. Las personas con síntomas, infección confirmada o identificadas como personas en contacto con alguien infectado, deberán aislarse en casa hasta que se confirme que ya no están infectadas. Los otros miembros en casa tienen 20 veces más posibilidades de contagiarse -las personas con problema deben estar realmente aisladas en casa en la medida de lo posible-. No compartir sanitarios o regaderas, camas, u otros espacios, y portar mascarillas protectoras.

Fuente: Médicos, científicos y epidemiólogos de la Universidad de Harvard.

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