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El origen de la dictadura sanitaria en México

El coahuilense José María Rodríguez y Rodríguez, alcalde de Torreón en 1913, sentó las bases en la Constitución Mexicana para enfrentar epidemias como las que se viven hoy en día por el COVID-19

Los títulos inscritos en la tumba de José María Rodríguez y Rodríguez son el de médico y general brigadier. (EL SIGLO DE TORREÓN)

Los títulos inscritos en la tumba de José María Rodríguez y Rodríguez son el de médico y general brigadier. (EL SIGLO DE TORREÓN)

IVÁN HERNÁNDEZ

Cada vez que un mexicano guarda la sana distancia, usa el tapabocas o sigue alguna de las medidas dispuestas para restar fuerza al impacto del COVID-19, rinde homenaje a un personaje de la historia patria que fue alcalde de Torreón.

José María Rodríguez y Rodríguez, saltillense nacido en 1870 y fallecido en 1946, acumuló diversas denominaciones a lo largo de su vida. Político antirreeleccionista, revolucionario y jefe de los servicios sanitarios de Coahuila, son algunas de ellas.

No obstante, los títulos inscritos en su tumba, ubicada en el Panteón Torreón de la colonia Santiago Ramírez (al sur de la ciudad), son el de médico y el de general.

Esas dos profesiones encuentran su síntesis en un concepto que fundó en nuestro país con el fin de impedir la propagación de enfermedades exóticas: la dictadura sanitaria.

CONCEPTO

La dictadura sanitaria o ley del criterio médico establece que a la hora de combatir una epidemia, salvaguardar vidas es más importante que las consideraciones políticas y económicas.

Así como hoy se busca reducir el número de personas diagnosticadas con coronavirus y hace una década se tenía un objetivo similar con motivo de la gripe A(H1N1), a finales del siglo XIX y principios del XX regiones del territorio nacional padecieron a causa de padecimientos epidémicos como la fiebre amarilla y la peste bubónica.

La primera, por ejemplo, llegó a Tamaulipas, al puerto de Tampico, de ahí saltó a Ciudad Victoria, y, enseguida, a las entidades vecinas.

En los últimos días de 1916, el militar científico viajó a Querétaro en calidad de diputado. Allí participó en la elaboración de la Constitución mexicana, documento promulgado el 5 de febrero de 1917.

En la quincuagésima sesión ordinaria del Congreso Constituyente, con fecha del 19 de enero de 1917, José María Rodríguez propuso adicionar a la fracción XVI del artículo 73 de la Constitución cuatro bases de actuación ante situaciones de riesgo sanitario. Las tres primeras están en primer plano hoy día a consecuencia de la COVID-19:

1a. El Consejo de Salubridad General dependerá directamente del presidente de la República, sin intervención de ninguna Secretaría de Estado y sus disposiciones generales serán de observancia obligatoria en el país.

2a. En caso de epidemias de carácter grave o peligro de invasión al país de enfermedades exóticas, el Departamento de Salubridad tendrá obligación de dictar inmediatamente las medidas preventivas indispensables, a reserva de ser después sancionadas por el Ejecutivo.

3a. La autoridad sanitaria será ejecutiva y sus disposiciones serán obedecidas por las autoridades administrativas del país.

A 103 años de distancia y luego de más de 700 reformas al texto constitucional, los preceptos planteados por el médico Rodríguez se mantienen prácticamente intocados. La única modificación introdujo a la Secretaría de Salud en sustitución del Departamento de Salubridad.

En su justificación, el saltillense, diputado por el tercer distrito de Coahuila con sede en Torreón (su suplente era Eduardo Guerra), defendió que la autoridad sanitaria debía tener un dominio general a la hora de dictar disposiciones y activarlas porque de otro modo no cumplirían con el propósito de impedir la generalización del contagio. También expuso que el órgano médico debía ser ejecutivo para asegurar que sus decisiones no fueran burladas.

DEBATE

El Diario de Debates de las sesiones queretanas muestra que la propuesta generó voces discordantes. David Pastrana Jaimes, legislador poblano, criticó que al eliminar cualquier traba en la coordinación entre el Consejo de Salubridad (CSG) y el presidente de la República se daba luz verde a un departamento con "facultades amplísimas" y "más atribuciones que un ministerio" ya que "ningún ministro dicta primero sus disposiciones y luego va a pedir al presidente su acuerdo".

También señaló que se atropellaba la soberanía de los estados al hacer obligatorias las disposiciones de la autoridad sanitaria.

Eliseo Céspedes, de Veracruz, fue otro representante contrario a la creación de un departamento con "exageradas facultades".

Los comentarios de Pastrana incitaron la siguiente réplica del coahuilense: "¿De qué tierra es este señor diputado? (Voces: ¡De Guerrero; donde no hay médicos! --aunque representaba a Puebla, Pastrana era originario de la entidad guerrerense--) Así me explico que siendo diputado de Guerrero, donde acaso no se conoce la medicina, venga a protestar contra los elementos de salubridad que el Congreso Constituyente quiere llevar hasta los últimos confines de la República".

Rubén Martí Atalay, congresista por el distrito de Lerma, Estado de México, respaldó la iniciativa y observó que parte de la información provista por José María Rodríguez no había calado hondo en el pleno porque "gran parte de los señores diputados estaba durmiendo y la otra parte leyendo".

Al final, votaron a favor de la propuesta 143 congresistas. Tres nombres, Zeferino Fajardo, Juan de Dios Palma y Pastrana Jaimes, llevaron la contraria.

A la fecha, el aporte de José María Rodríguez al artículo 73 permite a la Presidencia de la República y al CSG llevar la voz de mando cuando un agente nocivo amenaza con reducir enteros de la población de forma intempestiva y drástica.

PROCESO

En la sesión previa, la cuadragésima novena, efectuada el 18 de enero, el médico Rodríguez ya había avanzado sus intenciones. Ese día hizo un llamado a sus colegas legisladores sobre la necesidad de fomentar cuidados preventivos en toda la República.

Defendió la necesidad de que el Gobierno interviniera "aun despóticamente, sobre la higiene del individuo, particular y colectivamente" porque imponer "reglas de bien vivir no es discutible".

Habló de la trascendencia económica y social de los padecimientos, de la falta de hábitos higiénicos y de la existencia de males endémicos y epidémicos. Parte de estos últimos, explicó, son las afecciones exóticas, entendidas como aquellas que originan el mayor número de víctimas, de modo paulatino o violento,y que son perfectamente evitables.

"Las enfermedades exóticas epidémicas en un momento dado pueden atacar grandes porciones de la República, interrumpir de modo completo el tráfico y las relaciones interiores de estado a estado y las internacionales, cegando pasajeramente todas las fuentes de riqueza y de subsistencia nacional", dijo en aquella sesión recreando un escenario que, más de un siglo después, se ha configurado de nueva cuenta.

En su alocución incluyó un símil militar. Refirió que en el combate a las enfermedades solamente se habían obtenido resultados cuando "personal directamente organizado y, por decirlo así, municionado, pertrechado y guiado por el Consejo de Salubridad ha sido el encargado de la campaña".

Según el congresista coahuilense, además de dotar a la razón médica de autoridad ejecutiva era importante impedir que un funcionario o servidor público pudiera oponerse a sus disposiciones, de otro modo las instrucciones emitidas corrían el riesgo de verse disminuidas o modificadas en los vaivenes de la política.

EN BUSCA DE BIOGRAFÍA

Carlos Castañón, director del Archivo Municipal de Torreón, afirma que el décimo cuarto alcalde de la ciudad es un personaje que todavía anda en busca de una buena biografía.

Páginas del Gobierno mexicano aportan escasos datos sobre José María Rodríguez. Dejó Saltillo para instalarse en la Ciudad de México, donde ingresó en la Escuela Nacional de Medicina y en el Hospital Militar. Obtuvo el título de médico cirujano en 1895.

En 1904, fundó el Partido Liberal de Coahuila, agrupación política precursora del antirreeleccionismo. Fue maderista y carrancista. En 1911, atendió a los heridos de la Toma de Torreón. Abrió el primer sanatorio de la región y fue el primero en practicar cirugía de vientre en ella. En 1913 tomó posesión como presidente municipal. Duró en el cargo apenas dos meses ya que, al ser hombre de las confianzas de Venustiano Carranza, éste le condujo a otros derroteros.

En 1914 fue nombrado presidente del Consejo Superior de Salubridad del país (antecedente del CSG). En los años siguientes, obtuvo la calidad de general brigadier y recibió la encomienda de organizar el Cuerpo Médico Militar.

Tras el Congreso Constituyente, se convirtió en el director del Departamento de Salubridad.

En 1920 regresó al norte mexicano. Fue jefe de Servicios Sanitarios Coordinados en Coahuila y en Zacatecas. Luego se hizo cargo de la Unidad Sanitaria de Torreón.

Su espíritu crítico queda de manifiesto en el Diario de Debates antes referido. En una sesión soltó un comparativo que, más de cien años después, con otras palabras si se quiere, es moneda corriente en el país: "No se necesita más que visitar los pueblos de uno y otro lado del Bravo, para ver con desaliento nuestro estado lastimoso de vivir" y "se parte el corazón, señores diputados, al ver la condición infeliz de vivir del mexicano en tierra mexicana, y llama la atención cómo nuestra misma gente cambia de costumbres nada más al pasar la frontera americana".

También sabía usar la tribuna para atacar. En el siguiente ejemplo, se lanzó contra un antimaderista que había fallecido en 1913: Bernardo Reyes.

A la hora de justificar su iniciativa de adiciones al artículo 73, el médico Rodríguez contó que, desoyendo el consejo de las autoridades sanitarias, el general Reyes, gobernador de Nuevo León, se opuso a que dejara de funcionar el ferrocarril del Golfo que conectaba a Monterrey con Tampico. Eso ocasionó, dijo el doctor, que la fiebre amarilla invadiera la ciudad regia (finales del siglo XIX), y causara 1,700 muertes en apenas 60 días, cifra que no incluía a las víctimas de pueblos adyacentes.

En publicaciones hechas en medios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad Metropolitana de Monterrey (UMM) Ignacio Solares, escritor y periodista, y María del Rosario Pérez Gauna, investigadora de la UMM, aseguran que el general Reyes solicitó al Gobierno federal cerrar el paso ferroviario para evitar la propagación del mal, pero su petición fue rechazada. Ambos señalan que la epidemia cobró 125 vidas en suelo regiomontano.

CERCANÍA

La historia de este personaje cuya trascendencia mantiene al país bajo rigurosa vigilancia epidemiológica está bastante cerca.

El médico y general, comenta Carlos Castañón, vivió en el 112 de la calle Juan Antonio de la Fuente, contraesquina del Monte de Piedad, en el Centro de la ciudad.

También recuerda que una frase célebre del científico militar, "La dictadura sanitaria es la única dictadura admisible", tiene un sitio de honor en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Coahuila Unidad Torreón.

José Álvarez, diputado constituyente de Uruapan, fue más amable que el general y médico al exponer la necesidad del mandato despótico en materia de salud. Durante la discusión de la iniciativa del doctor Rodríguez dijo que votaría a favor porque "si las leyes de Moisés se escribieron en dos piedras, la Constitución mexicana debe estar escrita en dos tablas de jabón".

En cualquier caso, José María Rodríguez, que descansa en camposanto local y no en su gaveta de congresista constitucional dispuesta en la capital del país, sentó las bases de la emergencia sanitaria en México. Suya fue la visión para armarse con hábitos higiénicos y tapabocas cada que un extraño enemigo osara internarse en suelo patrio.

Ley del criterio médico

Las aportaciones de Rodríguez a la Constitución Mexicana.

*El Consejo de Salubridad General dependerá directamente del presidente de la República, sin intervención de ninguna Secretaría de Estado y sus disposiciones generales serán de observancia obligatoria en el país.

*En caso de epidemias de carácter grave o peligro de invasión al país de enfermedades exóticas, el Departamento de Salubridad tendrá obligación de dictar inmediatamente las medidas preventivas indispensables, a reserva de ser después sancionadas por el Ejecutivo.

* La autoridad sanitaria será ejecutiva y sus disposiciones serán obedecidas por las autoridades administrativas del país.

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