La pseudogota es un trastorno causado por depósitos de cristales de pirofosfato cálcico dihidratado en el cartílago y después en el líquido articular, dando lugar a ataques intermitentes de inflamación articular dolorosa. (ESPECIAL)
La pseudogota es un trastorno causado por depósitos de cristales de pirofosfato cálcico dihidratado en el cartílago y después en el líquido articular, dando lugar a ataques intermitentes de inflamación articular dolorosa. Los cristales se acumulan en las articulaciones y causan distintos grados de inflamación y lesión tisular.
Esta enfermedad suele aparecer en personas mayores y afecta por igual a hombres y mujeres, aún se desconoce la causa pero puede ocurrir en aquellos pacientes que padecen enfermedades asociadas a concentraciones anormalmente altas de calcio en la sangre como es el caso del hiperparatiroidismo.
También es común que se presente en personas con niveles altos de hierro en los tejidos a lo cual se le conoce como hemocromatosis o quienes presentan un nivel anormalmente bajo de magnesio en sangre o hipomagnesemia.
Otro factor que se atribuye a la aparición de la pseudogota es por la genética, es decir, puede ser hereditaria, de acuerdo con el Manual de Merck de Información Médica General.
Los síntomas varían ampliamente de persona a persona, algunos presentan ataques de inflamación articular dolorosa, habitualmente en las rodillas, las muñecas u otras articulaciones grandes, otras presentan dolor crónico y rigidez en las articulaciones de brazos y piernas, los cuales se asemejan a los de la artritis reumatoide o la artrosis.
Los médicos establecen el diagnóstico a través de una extracción de líquido de una articulación inflamada con la ayuda de una aguja, ya que en el líquido se encuentran cristales de pirofosfato cálcico dihidratado.
Generalmente, las articulaciones inflamadas suelen curarse sin dejar secuelas, aunque en la mayoría de personas se produce una lesión articular permanente, por lo que algunas articulaciones resultan tan destruidas que pueden confundirse con las articulaciones de Charcot.
El tratamiento por medio de fármacos antiinflamatorios no esteroideos ayuda a detener los ataques agudos y a prevenirlos, sin embargo, no se pueden revertir las alteraciones en las articulaciones. También se puede utilizar la fisioterapia para mantener la función articular.
