En algún lugar del mundo se erige una estructura aislada del resto de la humanidad. Cuyo confinamiento me hace recordar las películas de antaño de Jean Claude Van Dame, recluido en la selva Tailandesa; cuna del Muay Thai. Los instintos básicos del hombre serán puestos a prueba en medio de una crisis mundial. 24 peleadores de Artes Marciales Mixtas serán confinados en una isla privada durante la pandemia. Haciendo mucho más espectaculares los combates para el resto del mundo.
Las MMA tan heterodoxas como su carácter mismo, intentan acoplar su sistema de pelea al cambio mundial. ¡Algo impensable, e inigualable! Para muchos, una barbarie, para otros, una pasión incomprendida.
Un hito deportivo, en medio de un proceso coyuntural mundial. Si la condición para pelear significa el apartamiento del resto de la humanidad, ¡Que así sea! La gente prefiere ver la televisión porque la vida real los asusta, y con razón. La Isla de las peleas, es una alegoría de nuestra condición humana.
El aislamiento es sólo un recordatorio de nuestro estado actual que nos lleva de vuelta al principio básico de supervivencia, el instinto. Donde los peleadores no sólo deberan sobrevivir a la isla, sino a ellos mismos. Y, quizá, al resto de la humanidad que aguarda expectante.
¡Bienvenidos a los Juegos del Hambre! Y que la suerte esté siempre de vuestro lado.
Wendy Arellano [email protected]
