Los meseros enfrentan una situación económica complicada ante las bajas ventas en restaurantes.
De la noche a la mañana, los ingresos por propina de Oswaldo Alonso de la Cruz, mesero del restaurante Sabor a Mí, se cayeron hasta en un 80 por ciento.
Al igual que otros de sus compañeros, enfrenta una situación económica complicada, ya que está casado, tiene tres hijos y su trabajo representaba el mayor ingreso en su hogar.
Con buen ánimo, Oswaldo llama a las personas a no desesperarse y señala que la contingencia sanitaria por el COVID-19 tiene que pasar si todos se unen y atienden las recomendaciones.
El mesero relató que tiene dos años laborando en el negocio y que desde hace 15 días ha disminuido la afluencia de comensales, por lo que sus propinas han disminuido hasta en un 80 por ciento.
En el restaurante trabajan normalmente cinco meseros, pero ante la contingencia solamente acuden dos de ellos por día, ya que se toman dos días de descanso para evitar el pago de transporte, gasolina y alimentos.
Mencionó que aún con estos descansos forzados y a que ponen todo su empeño para brindar el mejor servicio, la gente no acude ni pide comida para llevar.
Los hijos de Oswaldo tienen 1, 3 y 8 años de edad. Su esposa estudiaba y trabajaba en la casa, sin embargo ahora realiza trabajos de limpieza en hogares.
"Ahora estamos saliendo al día, por lo que apenas se juntan propinas por 100 pesos, a lo mucho", cuenta.
Afortunadamente, Oswaldo tiene el hábito del ahorro, por lo que gracias a su dinero guardado están sobreviviendo en esta contingencia sanitaria.
"No me voy a dejar vencer", expresó e invitó a la gente a que tenga la confianza en acudir a consumir o pedir comida para llevar en el restaurante para mantener esta fuente de trabajo y sostener a sus familias.