Gastó más en la curación que en el tatuaje. (INTERNET)
Amanda Drish, de 30 años, vistió el mes pasado Tailandia junto con su esposo Nick. Se hizo un tatuaje de henna de una mándala a lo largo de su brazo. Debía ir desapareciendo sin complicaciones, como todos los tatuajes de este estilo, sin embargo, la piel se le hinchó y comenzó a parecer quemada, apenas dos días después de que se lo hicieron.
Tuvo que ir a un hospital, donde la sometieron a un doloroso tratamiento. ‘No solo hicieron estallar las ampollas, sino que también frotaron todas las partes superiores de las ampollas con solución salina y antibiótica”, cuenta ella, cita el diario Metro.
Dice que por el tatuaje que tomó una hora en terminarse, le cobraron alrededor de 25 libras, 670 pesos. El tratamiento, los medicamentos y las subsecuentes visitas al médico, en Tailandia, ya que le pidieron regresar los siguientes dos días tras ser atendida, para verificar cómo evolucionaba su herida, le costaron unos 14 mil pesos. Añade que se ha hecho otros tatuajes de henna y su piel nunca ha reaccionado así, que el químico específico que usaron fue lo que debió haber causado la quemadura.
