Desde temprano se fue notando la respuesta a la convocatoria con tiendas y restaurantes semivacíos en esta zona del poniente de la Ciudad de México. (ESPECIAL)
A pesar de que unas cuantas tiendas cerraron para unirse al paro de mujeres de 9 de marzo en el Centro Comercial Santa Fe y sus alrededores, el glamour y lujo de todos los días se vieron opacados por la ausencia de vendedoras y clientas.
Las tiendas de un ticket de compra mayor, como Max Mara y Rapsodia en Vía Santa Fe, y que son atendidas especialmente por mujeres, decidieron cerrar sus puertas.
Unas con avisos de solidaridad y otras, tan solo con el silencio y la ausencia, se unieron al movimiento inédito en la historia se organiza en México.
Desde temprano se fue notando la respuesta a la convocatoria con tiendas y restaurantes semivacíos en esta zona del poniente de la Ciudad de México.
Tiendas departamentales como Liverpool y Palacio de Hierro dieron a sus empleadas la opción de elegir si trabajarían.
En la primera, uno de los supervisores, fue departamento por departamento a agradecer a las empleadas que se presentaron a laborar este día.
Julia, del departamento de damas, señaló que más que nada está respaldando a su jefa porque las apoya cuando faltan por enfermedad de algunos de sus hijos o sus padres.
“A todas nos dieron la libertad de elegir”, afirmó.
Lo mismo en Palacio de Hierro, tienda en la que se veía a las pocas vendedoras platicando entre ellas al no haber clientes que atender.
Sin embargo, en donde sí se notó la fuerza de convocatoria del paro fue en el restaurante Palacio.
Los jefes y ayudantes tomaron el lugar de las meseras. Todas se unieron al movimiento.
Su ausencia se sintió no sólo en el servicio, pues se confundían con las órdenes y con nerviosismo atendían a los pocos comensales hombres que había.
En la presentación de los platillos del día, se podía encontrar una que otra tortilla quemada en los canastos, reflejó que las cocineras también apoyaron el 9M con su ausencia al trabajo.
La tienda de ropa femenina Ivonne; de productos naturales de cuidado personal para las mujeres, L’ Occitane; Victoria’s Secret, de lencería; Fiorentina, Nike y la de trajes de baño Yamamay, no abrieron.
En tanto que estéticas, joyerías y zapaterías en donde sí había mujeres trabajando, solo se unieron con moños morados colocados en sus uniformes.
En el Chedraui Select no faltaron las cajeras ni supervisoras. “Nosotras quisimos venir a trabajar”, comentó una de ellas.
SEGURIDAD, NANAS Y LIMPIEZA
Otras que trabajaron como cualquier otro lunes, no por falta de solidaridad sino por necesidad, fueron las que se encargan de la limpieza, sobre todo mujeres de mayor edad.
Tampoco faltaron a sus labores las nanas a quienes se les veía andar detrás de los niños.
Del personal de seguridad, una supervisora en Santa Fe hacía el recuento de cuántas tiendas habían cerrado, y dijo que no tuvieron problemas para organizarse por las faltas que hubo.
Plaza Arcos lució vacía, con unos cuantos guaruras en espera de sus jefes, paseantes y restaurantes abiertos y atendidos por meseras.
