
Ana ha sacado adelante a sus hijos trabajando como despachadora, donde dice sentirse muy a gusto. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Después de una lucha de años por la equidad de oportunidades entre hombres y mujeres, se han ido abriendo espacios a las mujeres que antes eran considerados como exclusivos de los varones.
Ahora, prácticamente no hay giro o actividad en la que no se encuentre presente una mujer, tal es el caso de Ana Rosa Ramírez Ortega, de 43 años de edad, quien trabaja como despachadora en una gasolinera al suroriente de la ciudad.
Desde hace 18 años, con esta labor ha sacado adelante a sus cuatro hijos. Cuando comenzó en este oficio, el mayor de ellos tenía 12 años.
Ana Rosa platicó a El Siglo de Torreón que sus hermanos se dedicaban a este mismo oficio. Luego de trabajar en una maquila y ver que se estaba construyendo una gasolinera cerca de su casa, no dudó en pedir una oportunidad.
Mencionó que las puertas se le abrieron las puertas para ser parte del equipo de trabajo, en el cual dice sentirse a gusto. Dice que el trato entre sus compañeros es amable y de respeto.
"Aquí nos llevamos todos bien. Tengo compañeros hombres y mujeres, yo soy de las que lleva más tiempo y me gusta convivir con las nuevas generaciones que van llegando", manifestó.
Minutos antes de las siete de la mañana, Ana llega uniformada a checar, se dirige a recibir su bomba, acomoda su lugar de trabajo y espera a que llegue el primer cliente del día. Trabaja de lunes a sábado y sale a las tres de la tarde.
Cuando llegan los clientes, ella los saluda, pregunta el monto de su carga y el tipo de gasolina; les ofrece si gustan algún otro servicio, como la revisión de llantas o algún aditivo o aceite; les limpia el parabrisas; todo siempre de manera muy amable y con una sonrisa.
Al preguntarle si algún cliente ha sido grosero con ella debido a su género, la señora Ramírez respondió que no. "Nunca nadie me ha visto raro por ser mujer o que me haya hecho alguna grosería o que no quieran cargar conmigo por verme aquí como mujer despachando. Jamás, que yo recuerde, me ha pasado una cosa así, al contrario, hasta nos han felicitado por el servicio que les damos. A veces prefieren que les atienda mejor una mujer a un hombre", precisó.
'LAS MUJERES TAMBIÉN PODEMOS'
Resalta que, si bien, el oficio de despachar gasolina es mayormente atendido por hombres, las mujeres poco a poco han podido ingresar a él, otorgando la misma calidad y atención de servicio, e incluso, aseveró, hasta mejor.
"Las mujeres también podemos, que vean que igual que cualquier persona podemos salir adelante, en una gasolinera despachamos igual y hasta ánimos le transmitimos a los clientes. Me ha tocado que a veces vienen como muy decaídos, sin ánimos, y con un 'buenos días' y una sonrisa, de pronto se les ven más ganas, señaló.
Enfatizó que en este trabajo, como en todos los que tienen que ver con atención al cliente, se debe atender bien, llegar puntual al trabajo, ser honesta y no robarle a nadie.
Comentó que siendo madre soltera ha podido sacar a sus hijos adelante. Destacó que no se arrepiente de haber buscado trabajo en un lugar donde mayormente los hombres han estado presentes, porque es con el esfuerzo de su trabajo con el que ha sacado adelante a sus hijos, formando a varones y mujeres con valores bien arraigados.