Una trabajadora israelí realiza una demostración del funcionamiento de una cabina de voto. (EFE)
Los colegios electorales abrirán sus puertas hoy a los casi seis millones y medio de israelíes que acudirán a las urnas para intentar sacar al país del bloqueo político en el que se encuentra hace casi un año, en unas terceras elecciones que podrían no ser las últimas.
A exactamente 328 días de que Israel fuera a elecciones tras la disolución de la Knéset (Parlamento), y tras otra cita electoral hace cinco meses, los votantes acudirán una vez más a las urnas mañana, entre la apatía y la esperanza de que esta sea la definitiva.
Más allá del cansancio por la repetición de los comicios, esta cita electoral tendrá la particularidad de que el primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, está acusado de corrupción y está previsto que se siente en el banquillo el próximo 17 de marzo.
En base a esto, los analistas ven estas elecciones como un referéndum nacional para definir si el actual mandatario debe o no continuar al frente del Ejecutivo, que encabeza hace más de una década, al tiempo que hace frente a los cargos legales en su contra por corrupción.
A más de un mes de la presentación del plan de paz estadounidense, prácticamente ausente en la recta final de la campaña electoral, uno de los temas que ha adquirido más relevancia es el impacto que pueda tener en las urnas el brote mundial de coronavirus, que ya tiene siete casos confirmados en Israel.