Hay una frase famosa que dice: “Resbalón y tropezón, avisos de caída son”. Las caídas son eventos que provocan inadvertidamente la llegada de una persona al suelo o a un nivel inferior al que se encontraba. Las caídas pueden cambiarles la vida a las personas, sobre todo en la tercera edad. Las caídas pueden conducir a discapacidades y pérdida de la independencia. Si los huesos son frágiles por la osteoporosis, podrían ocurrir fracturas frecuentes en la cadera, muñeca, tobillo, antebrazo y húmero.
La Organización Mundial de la Salud define la caída como la consecuencia de cualquier acontecimiento que precipita al paciente al suelo en contra de su voluntad. Esta precipitación suele ser repentina e involuntaria. Puede ser referida por el paciente o por un testigo.
Las caídas forman parte de lo que se denomina Síndromes Geriátricos -formas de presentación más frecuentes de las enfermedades en el adulto mayor-, y tienen importantes repercusiones sobre la mortalidad y morbilidad -cantidad de personas que enferman, en relación al total de la población-. Los principales síndromes geriátricos son: inmovilidad, inestabilidad-caídas, incontinencia urinaria y deterioro cognitivo.
Otras consecuencias de las caídas son: contusiones, heridas y síndrome post caída –miedo a volver a caer-. El síndrome post caída se refiere a aquellas consecuencias, a corto y largo plazo, no derivadas directamente de las lesiones físicas producidas en el momento de la caída. Es la falta de confianza del paciente por miedo a volver a caerse y restricción de la deambulación, ya sea por él mismo o por sus cuidadores, llegando al aislamiento y a la depresión por la pérdida de autoconfianzapara desarrollar las actividades básicas de la vida diaria, aumento de la dependencia, cambios de hábitos (disminución de las salidas, contacto familiar, dependencia del cuidador) y ansiedad.
Con frecuencia sucede que la persona mayor sufre una caída cuando está sola y la dificultad de levantarse se produce en 50% de casos, y 10% de ellos permanece en el suelo más de una hora, lo cual puede provocarle deshidratación (por prolongación de la situación de ayuno), infecciones (las más frecuentes la infección urinaria y la neumonía), rotura de células musculares, y en algunos podría presentarse un cuadro de hipotermia (temperatura inferior a 35º) lo cual es muy peligroso en el 90% de los casos., disminución de la sensación de frío, alteración en la sensibilidad a los cambios de temperatura lo que ocasiona una termorregulación deficitaria en el anciano.
Las caídas son más frecuentes en las personas mayores de 65 años, y son más frecuentes aún en mujeres. Cuanto mayor es la edad, más importante suelen ser las lesiones, además, tomar más de tres fármacos (psicofármacos, antidepresivos) puede aumentar el riesgo de las caídas. La caída es un síntoma frecuente asociado a una elevada morbimortalidad (conjunto de enfermedades mortales que han afectado a una cantidad de personas en un tiempo y lugar determinados) en el adulto mayor y suele conducir a la internación en clínicas u otras instituciones.
Las caídas suceden 80% de las veces en el hogar y el resto fuera de él, se presentan en un 20% de los adultos mayores de 65 años, y hasta en el 40% de los mayores de 80 años. Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres personas mayores de 65 años sufre una caída anual.
Es conveniente señalar que la mayoría de las caídas en el adulto mayor constituyen un síntoma de una enfermedad o trastorno subyacente producido por una droga incluyendo iatrogenia (daño a la salud provocado por un acto médico), por lo que no es apropiado atribuir la caída sólo a peligros ambientales o a la edad.
El proceso de envejecimiento se asocia con varios cambios que predisponen a las caídas. Estos se pueden clasificar en dos categorías: los que afectan la estabilidad postural y los que producen mareos o desmayos. Existen también factores ambientales: suelos resbaladizos, camas altas, escaleras sin barandillas, escalones altos y estrechos, iluminación deficiente, muebles u objetos mal ubicados (obstáculos para el desplazamiento seguro), ropa y calzado inapropiado.
El adulto mayor que presenta caídas tiene en promedio 3 a 4 enfermedades coexistentes: enfermedades cardio-vasculares, neurológicas, osteoarticulares y otras causas diversas. Se recomienda realizar actividades físicas para mejorar el equilibrio, la fuerza, el control en las piernas y en general toda la movilidad. Así como existen ejercicios para fortalecimiento, equilibrio y estiramiento, hay ejercicios específicos para prevención de caídas.
